Aves urbanas 2. Las grajillas. Ocupando los espacios de la ciudad antigua de Cáceres

Bandadas de grajillas (Corvus monedula) en un atardecer de invierno, posándose y volando desde la torre de la iglesia de San Mateo.
 
Las grajillas. Ocupando los espacios de la ciudad antigua.

La Grajilla, según Miguel Delibes
[...] "Es un pájaro muy sociable, que divaga en grandes bandadas, a veces de cientos de individuos, y que, mientras vuelan alrededor de las torres o los acantilados, sostienen entre ellos interminables conversaciones. No son racistas y, a menudo, se las ve asociadas con pájaros más grandes o más chicos que ellas, cuervos y estorninos, preferentemente, no siempre de la misma familia pero también de plumaje negro. Al parecer no les une una razón de parentesco sino el uniforme.

De ordinario, estas aves asientan en lugares próximos a cortadas rocosas y en torres antiguas o abandonadas, incluso dentro de las grandes ciudades. De la familia de los córvidos es el único pájaro que he visto con aficiones urbanas. [...]

La vida sedentaria obliga a las grajillas a comer de todo, adaptando su dieta a los alimentos que les facilita cada estación. Las bayas y frutos de pequeño tamaño les entusiasman, pero se avienen a sustituirlos por caracoles y patatas cuando aquéllos escasean. La grajilla es buscona, ratera; como la urraca, roba de todo, desde fruta del granjero hasta los huevos de los nidos de pequeñas aves, que se come en primavera. Por robar, roban a veces hasta la casa, nidos de otros pájaros, que ocupan tranquilamente aunque luego los acondicionen y decoren a su gusto. El nido de una grajilla evidencia las aficiones coleccionistas de la especie". [...]
Tres pájaros de cuenta
Miguel Delibes

Verse sorprendido por una bandada de grajillas en los atardeceres de la ciudad, como en la imagen que insertamos, y escuchar la algarabía de su "quia-quia-quia" es un espectáculo inenarrable.

(Para oir el "quia-quia-quia" de las grajillas pulsar aquí)

Veamos en las siguientes imágenes la presencia de la grajilla en algunas zonas de la ciudad intramuros de Cáceres:

Zona de la Plaza de San Mateo

En esta zona de la plaza de San Mateo hay que destacar edificios singulares como la iglesia de San Mateo, la torre de Sande, la casa del Sol o de los Solís, el palacio de los Cáceres-Ovando y torre de las Cigüeñas y el palacio de las Veletas (Museo de Cáceres), en la plaza contigua.

Del exterior de la iglesia de San Mateo habría que resaltar su fachada de los pies con la torre coronada en chapitel (del s. XVIII) , la espadaña en ángulo, la caja de las escaleras de caracol de acceso al coro y, sobre todo, la portada con decoración escultórica, y que coincide con el eje de la nave central de la iglesia. Al exterior se encuentra descentrada. La iglesia es obra del s. XVI, con añadidos del XVII y XVIII. 

Fachada de los pies de la iglesia de San Mateo. A la derecha al fondo, la torre de las Cigüeñas (oculta en la foto). A la izquierda, también oculta, la torre de Sande y al fondo, parte de la Casa del Sol.
Otra imagen de la bandada de grajillas (Corvus monedula) en el mismo momento del atardecer de invierno que hemos puesto más arriba. Ocupando la cruz-veleta, campana y chapitel de la torre de la iglesia de San Mateo.
Costado Sur de la iglesia de San Mateo. La grajilla abandona el hueco que le sirve de nido al lado de la bella ventana con vidriera de esta zona de la iglesia.

Posada sobre la cruz situada en el costado norte de la misma iglesia, y que corona la fachada exterior de la Sacristía. Se encuentra frente a la torre de Sande y la calle Orellana.
Torre de Sande

La torre de Sande fue construida en el siglo XV y forma parte de la Casa de Sande que está unida a la Casa del Vizconde de Rodas. En la torre destaca el matacán esquinado sobre nueve ménsulas y una ventana de doble arco con mainel. Aparece desmochada y hace esquina entre las calles Callejón de la Monja y Orellana. Destaca por la ampelopsis que la recubre totalmente en época de primavera y verano. En los numerosos orificios de la torre las grajillas compiten con las palomas por la ocupación de los mismos.

Esquina de la calle Condes con la del Callejón de la Monja. Muros del jardín, por donde se pasea el pavo real...
Una grajilla posando a la entrada del nido, en uno de los huecos de la Torre de Sande. Todo rodeado por la ampelopsis que cubre todas las paredes y elementos de la torre.
La grajilla sale del nido

En la Casa del Sol o de los Solís

Esta casa es una bella muestra de casa-fortaleza del s. XV que terminará evolucionando hacia palacio urbano. La fachada tiene un matacán semicilíndrico sobre tres mensulones, un escudo con el sol mordido por cabezas de dragón y timbrado con yelmo y lambrequines, y un alfiz enmarcando el escudo y la portada en arco con grandes dovelas. Hay una gárgola en la moldura horizontal del alfiz. La parte baja de la fachada está construida casi toda con sillares graníticos; la parte superior está revocada con mortero de cal sobre el que hay un encintado que semeja los sillares. Todos estos elementos, con su simplicidad compositiva, hacen de esta fachada una de las más significativas de la arquitectura civil de la ciudad monumental.  

La casa, junto con el conjunto formado por la iglesia de San Francisco Javier y el colegio de la Compañía de Jesús o de los Jesuitas, tienen la declaración de BIC (Bien de Interés Cultural) (RESOLUCIÓN de 11 de septiembre de 2014, de la Consejera, que modifica la Resolución de 12 de febrero de 2004, DOE de 1 de octubre de 2014).
Fachada de la Casa del Sol.
Sobre el alero del tejado de la fachada de la Casa del Sol o de los Solís. Una de las grajillas, en vuelo, porta alimento. La otra, en labores de aseo.
En la misma fachada anterior. Sobre la grajilla, parte de un vencejo en vuelo.

Zona del Museo de Cáceres
  
En uno de los pináculos del Museo de Caceres, en la fachada del jardín.
Sobre el tejado de la Casa de los Caballos. Vista desde el jardín del Museo de Cáceres. Llama la atención la gran cantidad de plumas blancas que tiene este ejemplar de grajilla. Se trataría de una anomalía genética que se conoce como leucismo. En este caso, parcial.
Otra toma de la misma grajilla. Se observa mejor la anomalía genética del leucismo que le provoca ese blanco en algunas zonas del plumaje.

En torno al conjunto de la iglesia de San Francisco Javier y Colegio de la Compañía de Jesús

Otra zona con una abundante población de grajillas es el conjunto formado por la iglesia de San Francisco Javier y el colegio de la Compañía de Jesús o de los Jesuitas. Ambos edificios, junto con la Casa del Sol o de los Solís, están declarados como BIC.

Este imponente conjunto monumental supuso la introducción del Barroco en la arquitectura cacereña. La iglesia destaca por las dos grandes torres encaladas, con cuerpo de campanas, que se rematan por sendos chapiteles. Entre ellas, la portada barroca con  pares de columnas de orden compuesto, exentas y sobre podio; imagen del santo titular, escudo de Castilla y León y frontón partido. Se remata con frontón triangular y cruz.

Al lado, la fachada del colegio repite el tipo de elementos de la portada de la iglesia: columnas de orden compuesto, cornisas, frontones, escudo, ... pero quebrando y rompiendo las formas, dentro de la línea decorativa del Barroco. Destaca en el colegio la construcción general de mampostería y ladrillo en las fachadas laterales, en las que aparecen grandes ventanas seriadas, construidas en ladrillo con una esquema de verdaderas portadas. En dichas paredes aparecen gran cantidad de agujeros y mechinales. Ambos edificios, promovidos por don Francisco de Vargas y Figueroa, fueron terminados en 1752.

Fachada monumental del conjunto arquitectónico jesuítico, presidiendo la moderna plaza de San Jorge. El color ocre de la torre izquierda se debe a uno de los rodajes que últimamente se han realizado en esta parte antigua de la ciudad. En unos días, todo el blanco pasó a ser de este color.
Grajilla iniciando el vuelo desde una cornisa del Colegio de los Jesuitas, en la plaza de San Jorge.
Otra grajilla en vuelo, en la misma zona.
A punto de posarse sobre un ángulo de la fachada del colegio de la Compañía de Jesús.

En una de las fachadas laterales de dicho colegio. Grajilla posándose y canalón
Sobre el capitel compuesto de la fachada de los pies de la iglesia de San Francisco Javier. Grajilla más culta.

El sol del atardecer primaveral dora el granito del colegio jesuítico. La grajilla y su sombra.
Una en vuelo; la otra, en el nido.
En el ángulo de remate del frontón triangular de la fachada del colegio citado.
Portando materiales para el nido.
Grajilla (Corvus monedula) saliendo de uno de los huecos de la fachada sur del Colegio de los Jesuitas, correspondiente a la calle Rincón de la Monja.
Casi extramuros. Sobre el muro oriental de la Torre de los Pozos

Vista del conjunto almohade de los Pozos. A la derecha, torre albarrana de los Pozos con el lienzo o muro que la une a la muralla oculta por las casas. A la izquierda restos de la Torre de los Aljibes con su muro albarrano. Entre ambas estructuras el lienzo oriental de cierre del conjunto. Todo construido en tapial con algunos elementos de mampostería y cimentado sobre enormes farallones de cuarcitas.
 
Grajillas anidando en los mechinales y oquedades de la torre.
@Texto y fotos: José Vidal Lucía

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