Albalá. Las Tablas de antaño. 1

Semana de Extremadura en la Escuela. Olivenza, 1988-89. A pesar de la fecha, estamos ante un ritual parecido al de antaño. Una sola portadora de la Tabla, dos «danzaores» y el acompañamiendo popular con todo tipo de instrumentos. Hay que tener en cuenta también que primaba lo didáctico y la representación. De ahí la uniformidad en el vestir. Foto cedida por doña Julia García Rovidarcht.

La fiesta de Las Tablas. Cómo se celebraba antaño.

El testimonio de García Plata de Osma (1904)

En una primera entrada que hacíamos sobre esta singular fiesta de Las Tablas de Albalá decíamos que García Plata de Osma escribió en 1904 una breve narración titulada Las Tablas (La Nochebuena en Albalá) (Revista de Extremadura, tomo VI, 1904, 628-632). En ella contaba el ritual de entonces considerándolo como un «curioso cuadro vivo de costumbres», uno más de los que se pueden observar en la «región extremeña». Hablaba de las seis pedidoras ("pedioras"), designadas el 8 de diciembre, que se encargaban de pedir y recoger entre los vecinos los elementos que luego compondrían las tablas, para los desfiles del 25, 26 y 27. Estas tablas (los antiguos tableros del pan), que él considera «ofrendas», se engalanan con «pañuelos de seda, rosarios, medallas, cintas» y encima se colocan «rosquillas, panes, naranjas, etc., que han de venderse por medio de pujas». (Cito literalmente porque interesa comparar con lo que ocurre hoy). A continuación narra como se organiza el jolgorio «en la puerta de la iglesia, y en tanto llega la hora de la misa (del Gallo)» con canto de «coplas y romances religiosos, amatorios, pastoriles, de todas clases ...», eludiendo los de tono grosero. Habla de «tonada dormilona, simplicísima» y de instrumentos como «calderos, cañas, panderos, almireces, castañuelas y otros utensilios más o menos culinarios; con los que producen una armonía que llaman el Chas-carri-rrás». Deja también constancia de variadas estrofas y coplas, recogidas por él, que todo el pueblo cantaba en esta celebración. Publica primero dieciséis coplas y da a entender que se cantaban antes de entrar en misa en la Nochebuena. A continuación transcribe otras diez que se cantaban ya en la iglesia, precediendo al canto de unos romances, que dice «obran en poder del Sr. Menéndez Pidal, quien ya los dará á conocer en su día».

Sobre la celebración del «primer día de Pascuas y los sucesivos» cuenta:
«Las Pedidoras y otras que quieran hacer la ofrenda, pasean alrededor de la iglesia, antes de entrar en misa, llevando sobre la cabeza sus tablas adornadas y entre los toques del Chás-carri-rrás.» (el subrayado es nuestro).
Ninguna referencia, por tanto,  a los quintos y a su hoguera hecha con la leña de encina recogida en la dehesa. Parece que este rito de quintos, si se hacía en esos momentos de Nochebuena, queda al margen de la fiesta y el autor no lo considera de interés para reseñarlo. O puede que se celebrara en San Juan. Aparecen en su narración muy claros los elementos componentes y el carácter de la fiesta de principios del siglo XX y, posiblemente, también de parte del XIX. Se trata, según su relato, de un ritual en el que unas jóvenes de la localidad componen y portan unas tablas que sirven de ofrenda al «Niño Dios (que) es el espíritu que saluda al año próximo, al año que ha de continuar su misión redentora...». La fiesta popular se reduce en su relato, repito, a las coplas antes de la misa de Nochebuena y a los toques y cantos que acompañan a las portadoras de las Tablas en su paseo alrededor de la iglesia, antes de misa, en los tres días citados. Ofertorio, jóvenes canéforas, participación popular, cantos y toques colectivos, ... Estos eran los componentes de la fiesta en aquel momento.

 Las Tablas, antaño. Tomada del libro «Albalá. La estela del siglo XX».

Valeriano Gutiérrez Macías, en el artículo que comentaremos a continuación, transcribe las coplas de García Plata. También los autores del Cancionero de Albalá siguen y ofrecen su versión de las coplas a partir de ambos autores.

Pilar Barrios en su trabajo sobre Música, danza y ritual en los pueblos de la penillanura (2012), al hablar de Navidad, cita estas coplas cantadas a la entrada de la iglesia antes de la Misa del Gallo y ofrece la partitura de las mismas. Sabemos que hizo grabaciones a varias personas del pueblo de algunas de estas canciones. Hay que hacer notar que la letra de las dieciséis primeras estrofas coincide en parte con algunas que se cantan en los pueblos de la zona Tajo-Almonte en los ritos de las «Purificás» y las »Candelas» del día 2 de febrero. En Albalá se está celebrando la Natividad, en los otros pueblos, la Purificación.

Magnífica foto de «pediora», Mª Agustina Mateos Galán, con sus dos «descargaores» Francisco Mateos Galán y Juan Galán Margallo, hermano y primo de Agustina. Nótese la rica y cuidada indumentaria de la mujer con su mantón de Manila y la rodilla en la mano derecha. Muy interesante también la de los acompañantes, con sus leguis, puro encintado en el pecho y pose con las castañuelas. La decoración de la Tabla es sorprendente. Lástima de color. Autor: Anónimo. Año 1950. Tomada del libro «Albalá. La estela del siglo XX».

La crónica de Valeriano Gutiérrez Macías (1968)

Valeriano Gutiérrez Macías, en su publicación de 1968 titulada Fiestas Populares. Por la Geografía Cacereña, escribe dos capítulos dedicados a Albalá. Uno sobre "LAS «CORRIDAS DE GALLOS» y el otro, sobre «LAS TABLAS». Para el segundo, además de lo que observa en la visita, tiene como informante a Francisco Berrocal Flores y sigue la narración de García Plata de Osma. Cuenta qué elementos de la fiesta permanecen en los años sesenta con las características de antaño. Pero ya habla de algún «detalle» nuevo, la Hoguera de los Quintos, del que dice «que es relativamente reciente». Lo considera un traslado de las hogueras que se celebraban por San Juan, cuando el sorteo de los Quintos.

La fiesta de Las Tablas, en su narración, aparece secuenciada de la siguiente manera. Nosotros añadimos entre paréntesis lo que nos han dicho algunos informantes que protagonizaron la fiesta hacia 1940-45:
8 de diciembre: 
  • Designación de seis pedidoras entre jóvenes de la Asociación Hijas de María (La señora Francisca Benito nos dice que «tal día como hoy las echaban (las acordaban)» entre las jóvenes de la Asociación)
  • Recogida de encinas por los quintos para formar la hoguera. (Su marido, Juan Leo, nos comentaba que las encinas se traían en unas zorras (carretas) tiradas por bueyes).

 «Pediora« y sus «descargaores». Foto tomada de las expuestas en el bar la Terracita. Según Pedro Sánchez Barrantes e Isidro Leo, la «pediora» es María Benito y los acompañantes; Alfonso Borreguero Leo (a la izda) y Pedro Leo y Leo. La fechan en 1938, pero no parece que pueda ser ese año, porque María y Pedro nacieron en 1923 y tendrían sólo 15 años. Además durante la guerra parece que no hubo tablas. Se debería fechar hacia 1943. La señora Francisca Benito, hermana de María, se ha ofrecido a mostrarme la original.

Quintos dispuestos con el carro y la yunta de bueyes para ir a buscar las encinas.
Foto tomada de las expuestas en el bar la Terracita.

15 al 24 de diciembre:
  • Peticiones de las pedidoras por todo el pueblo para componer las tablas y organizar la fiesta («Se empezaba a pedir tal como mañana. De casa en casa. Unas les daban 50 cts, ... la que le daba 1 pts era alguna de familia. Y "pa" dar 5 pts...». 
  • Elaboración de las tablas con los elementos antes citados. 
  • Rondas diarias de familiares y amigos a las protagonistas de la fiesta. («Ahora resulta que se pedía; pues luego se iban a dar música todas las noches a casa de la pediora»)
24 de diciembre:
  • Recogida de leña por los quintos, haciendo un recorrido por el pueblo, para completar la hoguera con taramas y retamas. Al atardecer, encendido de la hoguera. 
Los quintos del 81, preparada la hoguera, dispuestos para el encendido.
Tomada del libro «Albalá. La estela del siglo XX».
  • Nochebuena: Concentración del pueblo a la puerta de la iglesia. Cantos de coplas y villancicos y toques de instrumentos. (A la señora Francisca le sale espontáneamente: "Buena sea tu llegada // por haber sido el primero // clavellina colorada // cogida en el mes de enero..." 
  • Misa del Gallo con asistencia de las pedidoras, que se encargan de pagarla. Un fragmento que recoge Valeriano Gutiérrez Macías es muy significativo de la escena que se vivía a la puerta de la iglesia:
Hace falta bulla para estos momentos,
meten mucho ruido con los instrumentos,
dale y dale fuerte a todos los panderos,
aunque luego tengan muchos agujeros,
dais, que dale; dale que dale, dale que dale,
que le dé, que le dé
.
(sic)
25, 26 y 27 de diciembre:
  • Celebración de la misa. Desfile por las calles del pueblo. Cada pedidora porta su Tabla, acompañada de una pareja de «descargaores» para ayudarla a descansar en el recorrido. Jóvenes «bailaores» danzan alrededor de las tablas. Todo el pueblo acompaña con el sonido de sus instrumentos caseros.
Dos «pedioras» con sus Tablas. Excelente indumentaria y tablas. Muestran sus rodillas. Foto tomada de las expuestas en el bar la Terracita. Según Pedro Sánchez Barrantes e Isidro Leo, hacia 1916.

Dos «pedioras», cuatro «descargaores» y grupo de albalenses. Foto tomada de las expuestas en el bar la Terracita. Según Pedro Sánchez Barrantes e Isidro Leo, hacia 1949.

 El jolgorio durante el recorrido de las Tablas. Foto tomada de las expuestas en el bar la Terracita. Según Pedro Sánchez Barrantes e Isidro Leo se puede fechar hacia 1960.
El recorrido tradicional según nos lo ha contado don Andrés Bote:
  • Salida de la iglesia hacia el Llano de la Galana. Allí, descanso.
  • Del Llano de la Galana hacia las Tres Cruces. En la Dehesa del Médico se descansaba con una parada mayor, se cantaba y bailaba y se compartía comida y bebida. 
  • Camino hacia el Llano de las Escuelas, con tres vueltas alrededor de la hoguera cantando y bailando.
  • Desde allí hacia la plaza del Ayuntamiento, también con parada. Y después, hacia la de la iglesia, donde se guardan las tablas hasta el día siguiente.
Valeriano Gutiérrez Macías nos habla también de los cantos y bailes que acompañaban estos recorridos. Resalta los gritos del «jole», el papel y movimientos de los «descargaores» y «bailaores» y la variedad de instrumentos con los que la gente acompañaba.
En lo esencial, la fiesta se parece a la de 1904, pero con el añadido coincidente de los quintos y su hoguera, que en ningún momento modifica la celebración de la misma. «Las tablas eran ellas, las "pedioras". Y los demás, los quintos, la juventud, bailaban en fila, como querían», así nos dice Francisca Benito.

Este modelo de fiesta de «pedioras» como protagonistas de la fiesta y los ofertorios en el atrio de la iglesia, que coincide con el ritual de los quintos, su hoguera y sus jolgorios como grupo, cambiará hacia mediados de los ochenta del siglo pasado. Parece que la función de «pedidora», como elemento principal de la fiesta, empieza a no ser viable, debido, entre otras causas, a la dificultad que supone mantener la celebración por medio de las peticiones por las casas y a la falta de jóvenes dispuestas para tal tarea. El cambio se producirá con la incorporación de los quintos –ellas y ellos– como protagonistas de Las Tablas. A partir de este hecho parece que se salva la fiesta, pero también adquiere una nueva dimensión que irá evolucionando con la incorporación de otros componentes. Este hecho de los quintos consigue que cada año una generación se responsabilice de este ritual festivo, y a la vez, todas las generaciones puedan participar en él, compitiendo además por superar a las demás. Pero esta es otra historia que trataremos en la próxima entrega.

Fijémonos ahora en otras imágenes, que, aunque no sean tan de antaño, sí suponen una transición entre esas Tablas antiguas y las que hoy disfrutamos.

Doña Puri Moreno y la señora Francisca Benito, acompañadas por unas amigas a la puerta de la iglesia. Manteniendo viva la tradición de las Tablas.

Semana de Extremadura en la Escuela. Olivenza, 1988-89. Entrañable foto. Los maestros don Cándido Mateos y don Pedro Cortés acompañando a los niños en Olivenza. 1988-89. Una gran labor educativa para mantener la tradición.
Foto cedida por doña Julia García Rovidarcht.

Día de la Pura, 1987. Gemma Sánchez Valle, Isabel Valverde Cáceres, Merche Berrocal Berrocal, Conchi Pérez Bonilla, Maribel Leo y Rosi Mateo Pérez. Refajo, alegría y pañuelo de cien colores.

Don Andrés Bote con el almirez y señor albalense con el tambor. 27 de diciembre de 2018. Del cortejo acompañante. Con diversidad de instrumentos (Ahora, quizás, demasiados tambores). Y el Chas-carri-rrás.

Mas protagonistas de la fiesta. 27 de diciembre de 2018.

 Con muchas «tablas» a las espaldas. ¡Jole, jole y jooole! 27 de diciembre de 2018

 Gran animación en la parada de las Tres Cruces. 27 de diciembre de 2018. Como las Tablas de antaño, pero hogaño.

Bibliografía:

Barrios Manzano, Mª Pilar: Danza y Ritual en Extremadura. Edición CIOFF España, CR, 2009.
Barrios, Pilar y Jiménez Rodrigo, Ricardo: Música, danza y ritual en las tradiciones de la Penillanura Central Extremeña, Asociación Cultural Lux Bella. Cáceres, 2012.
Bote Bonilla, Andrés: Albalá. La estela del siglo XX. Cáceres, 2005.
García Plata de Osma, Rafael: "Las Tablas. La Nochebuena en Albalá" en el tomo VI (1904) de la Revista de Extremadura (pág. 628-632).
Gutiérrez Macías, Valeriano: Albalá. Las Tablas. En Por la Geografía Cacereña. Fiestas Populares.  (cap. XLV, pág. 335). Madrid, 1968.
Pavón, Fco Alejandro y Fernández Leo, Juan: La historia de Albalá. Asociacion C. y R. San Joaquín. Madrid, 1998.
Asociacion C. y R. San Joaquín. Cancionero Popular de Albalá. Madrid, 1988.
Sánchez Barrantes, Pedro y Leo Leo, Isidro: Álbum de fotografías de Albalá. Tomo I y II. Cáceres, 2015.

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© José Vidal Lucía 
y Mariángeles Jareño


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