Vencejos en Cáceres y en Malpartida de Cáceres. Día Mundial de los Vencejos 2019

Vencejo común. Agarrado a los sillares de la iglesia de Malpartida de Cáceres, junto a un hueco en el que nidifica. Tomada el 28 de junio de 2018.

Hoy, 7 de junio, se celebra el Día Mundial de los Vencejos (Word Swift Day), una iniciativa internacional que intenta llamar la atención sobre estas aves que animan nuestras ciudades con sus veloces vuelos y sus chillidos agudos y que se encuentran en una situación que hay que atender. Se calcula que en los últimos 20 años puede haber disminuido la población de vencejos en España en un 30%.

Una de las promotoras de esta iniciativa, junto con el colectivo Vencejos Sin Fronteras, es la Dra. Jane Goodall. Aquí aparece en un vídeo con el título Why Protect Swifts?/¿Por qué proteger a los vencejos? (Martine Wauters, October 2016).



La web de esta celebración sobre los vencejos ha utilizado como portada una bella imagen del pintor suizo Léo-Paul Robert (1851-1923) en el que aparecen un grupo de estas aves volando en un cielo de nubes.


Paul Robert: "Le Martinet noir". Entre 1919-1923.
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El vencejo común (Apus Apus) es un ave apodiforme que habita en Eurasia y África. De las 96 especies existentes, en España pueden observarse cinco: Vencejo común, vencejo pálido, vencejo real, vencejo cafre y vencejo moro.

Tres de estas especies. SEOBirdLife. IlustracionJuanVarela
De estas aves apodiformes (literalmente "sin patas" o "de patas pequeñas") llama la atención su forma de vida y su excelente adaptación para un vuelo sin descanso durante meses. Se dice que viven continuamente en el aire y que volando realizan todas sus funciones vitales (se alimentan, beben, se aparean, duermen, ...). Sólo se posan para nidificar, poner sus huevos, incubarlos y criar a los polluelos. Es sorprendente que se pasen volando meses y meses, sin posarse. Por la noche siguen en vuelo ascendiendo a gran altura. Se han detectado vencejos a unos 2000 m. de altitud. Llama la atención la forma de sus alas, largas y estrechas, en forma de ballesta, su cola ahorquillada y sus patas cortas, pero con una fuertes garras que le permite agarrarse a los muros en cuyas grietas y oquedades anidan. Además es un ave muy benefactora, pues, al alimentarse exclusivamente, y en enormes cantidades, de insectos (lo que se ha llamado también el "plancton aéreo"), la acreditan como un insecticida natural muy a tener en cuenta.

Popularmente hay una cierta confusión o mezcla de nombres entre vencejos, aviones y golondrinas. En algunos sitios a los primeros se les nombra como aviones y al revés. Son, sin embargo, especies muy diferentes. El avión común (Delichon urbicum), el avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), la golondrina común (Hirundo rustica) o la golondrina daurica (Cecropis daurica) pertenecen al género de los hirundínidos (Hirundinidae). Un pequeña, pero importante, diferencia es que estos construyen sus nidos con barro, mientras que los vencejos nidifican en huecos, mechinales y grietas de los muros de piedra. Y no es esta la única diferencia, como ya hemos insinuado.

Los vencejos son aves migratorias. Pasan aquí la primavera y el verano y la invernada la realizan en África. Este año hemos visto vencejos hacia el 12 de marzo en la plaza de las Piñuelas de Cáceres. Al volver busca siempre el nido que dejó al marchar. Por eso los vemos siempre en los mismos lugares de la ciudad. De esta vuelta puntual de los vencejos dejó constancia don Miguel de Unamuno en un bello poema que ya reprodujimos en estas páginas. Un fragmento del mismo:

Han vuelto los vencejos
[...]
Han vuelto los vencejos;
los del año pasado, los de siempre;
los mismos de hace siglos,
los del año que viene,
los que vieron volar nuestros abuelos
encima de sus frentes,
 y encima de las suyas nuestros nietos
verán también volar, negros y leves.
Han vuelto los vencejos,
criaturas del aire que no mueren
—¿quién muertos los ha visto?—
heraldos de la vida, amantes fieles
del largo día de la mies dorada;
¡han vuelto los de siempre...!
¡Vencejos inmortales,
alados hijos de natura fuerte
heraldos de cosechas y vendimias,
mensajeros celestes,
bienvenidos seáis a nuestro cielo,
vosotros... los de siempre!
Abril, 1908.
Miguel de Unamuno
El término vencejo ofrece también una curiosidad. En el DRAE aparece como primera acepción: Lazo o ligadura que se usa para atar o ajustar algo, especialmente las mieses. Se refiere a los vencejos que se hacen con bálago para atar los haces de trigo o cebada. Y con respecto al uso de la palabra para nombrar a estas aves dice que es una alteración del español antiguo oncejo, por confusión con vencejo ‘lazo o ligadura’.

Veamos algunas imágenes de vencejos en nuestra zona.

En primer lugar un grupo de vencejos volando alrededor de la calle Carmen, en la fachada norte de la iglesia de la Asunción, en Malpartida de Cáceres. Continuamente se acercaban a las grietas entre los sillares graníticos de dicha fachada, donde tienen sus nidos. Igual en la fachada oeste. Un bello espectáculo de vuelo y sonido, entrando y saliendo a gran velocidad de los huecos, al mediodía del 28 de junio de 2018.

En la misma calle, el incesante y veloz revoloteo con su chillar característico bordeando el nido de cigüeñas, chimenea y pararrayos de la Casa del Mirador para volver hacia la fachada norte de la iglesia. Y todo de manera continua e incansable en este atardecer del 7 de julio de 2018. La animada banda sonora de esta plazuela. 


En las dos imágenes siguientes el mismo juego, pero esta vez en el alero del tejado de la Casa del Sol, en la Cuesta de la Compañía de Cáceres. Primeras horas de la mañana del 19 de mayo de 2018.

Uno con su vuelo en solitario. Los otros tres, enzarzados en una especie de juego entrelazado (ver la sombra)
Otro ejemplar saliendo limpiamente de uno de los huecos del alero.
Las luces del atardecer en estos días de finales de primavera (12 de junio de 2018) ofrecen interesantes imágenes de la ciudad antigua de Cáceres. En este caso, falsa muralla con vegetación en el adarve (frente a la Generala) y Torre de la Hierba. En esta época del año, siempre el vuelo de los vencejos sobre la plazas de las Piñuelas y Caldereros.

 

Igual, sobrevolando las traseras del Palacio de Mayoralgo, Palacio Episcopal y el de Moctezuma.


En los cielos de abril y mayo de 2018 y sobre la Torre del Postigo.

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Para terminar otros dos poemas que hablan de los vencejos.

El primero "Misteriosa y lejana" de Jesús Delgado Valhondo, sobre el tiempo que vivió en la ciudad de Cáceres, con algunas reminiscencias de la infancia. En este paisaje urbano, además de las cigüeñas, nos señala los "vencejos que nacen de la piedra". El recorte lo traemos de la página 86 del diario ABC de 30 de julio de 1971. El poema había sido publicado en la Revista Alcántara números 123-124-125. Enero, febrero y marzo 1959. Año XV, con el título "Cáceres (Viejo país del alma)".

El segundo es de Antonio Rubio. Se titula "Vencejo". De su libro "Las ALAS del AVECEDARIO", con ilustraciones de Rebeca Luciani. Factoría K de Libros, febrero de 2017. Cogemos la imagen de las dos páginas del libro en que se publica el poema por la belleza también de las ilustraciones. Este magnífico poema de Antonio Rubio, y todos los del libro, son unos textos muy apropiados para que los escolares conozcan el mundo de las aves.

Texto e imágenes: ©JoséVidal Lucía
Imagen del libro de Antonio Rubio: ©Factoria K de Libros.

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