Hoy, día de San Miguel, hace sesenta años

A la izquierda, la calle Martín Cerezo (antes Santa Gertrudis Alta) en un atardecer de finales de junio de 2019. A la derecha, confluencia de las dos calles de nombre Santa Gertrudis (Alta y Baja) en la misma fecha. Donde está la moto, en 1962 había un arandel que organizaba la desigual altura de las dos calles. Encima de la puerta de arco, las dos plantas de nuestra casa.

Estas fechas en torno al 29 de septiembre, con la desaparecida Feria de San Miguel de Cáceres o la del Ganado de Zafra, siempre se asocia con el llamado "veranillo de San Miguel o de los membrillos", aunque parece que este año de 2022 se retrasa. La mañana de hoy amaneció fresquita con un horizonte rojo extraordinario y con anuncio de agua. Siempre pienso en estos días como época de lluvia. Creo que varias fiestas de toros de la feria de septiembre se suprimían en Cáceres por ese motivo. 

El día de San Miguel Arcángel, en 1962, que fue especialmente lluvioso, es para nuestra familia una fecha muy especial. En aquella jornada de hace sesenta años, mis padres, Honorio y Delfina, con sus tres hijos de diez, siete y cuatro años, trasladaron sus escasos muebles, con mucha ilusión, pero con mucha incertidumbre, de la riolobeña calle del Sol a la cacereña de Santa Gertrudis Alta. Ese día quedó atrás la infancia de Riolobos. El examen de ingreso, aprobado a primeros de septiembre en el Instituto Gabriel y Galán de Plasencia, la no matriculación por fuera de plazo en el Brocense de Cáceres, a pesar de la llamada "Matrícula de Honor" del Ingreso, la estancia provisional de tres meses en el Colegio Delicias ("El Perejil") y la marcha al colegio San Francisco Javier de Fuente de Cantos en el mes de enero. Y hasta junio. 

A la izquierda, tramo de la calle del Sol. Riolobos hacia 1960. A la derecha, primeras fotos en Cáceres

Ahí comenzó todo para mi y para mis hermanos Juanjo y Marisol. Mis padres, como emigrantes de los sesenta, cambiaron su vida rural de pueblo de secano, que pronto se reconvertiría en regadío, por la vida de barrio de una pequeña ciudad de provincias. Buscando fórmulas para adaptarse a esa nueva vida y a ese lugar. La pensión en el domicilio familiar como recurso, el trabajo de mi padre en la oficina de un familiar, la posterior dedicación como agente del Círculo de Lectores y el traslado años después a la calle Arturo Aranguren. Pero también los recuerdos del arandel en la confluencia de las dos calles de Santa Gertrudis, los amigos del barrio y de la parroquia, la Casa del Sol, ... Hasta los estudios de Magisterio, el trabajo temprano y la carrera de Filosofía y Letras en el Colegio Universitario. 

Después, todo fue ya de otra manera.

José Vidal Lucía,
29 de septiembre de 2022

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cuento de "El pastor y el mes de marzo". Y un refrán. "Si marzo retuerce el rabo..."

Una visita al palacio de Sotofermoso, en Abadía, a través de imágenes y de algunos textos prestados

Las lavanderas de Cáceres y la fiesta del "Febrero". 1: Antecedentes y origen.

El agua quieta del aljibe. Casa de las Veletas. Cáceres

"Arbolando" el Cerro Tomillar de Riolobos

Albalá. Las Tablas de antaño. 1

De equinoccios, luz solar y grabados en el paraje de Los Barruecos

En el Museo de Cáceres. Una exposición sobre el yacimiento de Al-Balât

Preparando la Hoguera de Nochebuena en Albalá.