Riolobos. El "reloj de torre con campana" de 1883, una importante obra pública del finales del XIX


Reloj y esfera de Manufacturas Blasco, instalado en diciembre de 1960 en sustitución del antiguo de la marca Girod, de 1883.

Qué importante debió ser para las personas de 1883 disponer de un "Reloj de torre con campana", que permitiera saber la hora, bien mirando las agujas de la enorme esfera del mismo o bien escuchando las campanadas que sonaban cada hora. Menudo adelanto para las personas que trabajaban en el campo y tenían así una referencia para la vuelta a casa, o también para el artesano en su taller, o para el común del vecindario mientras hacían sus tareas cotidianas, o para señalar la hora de las misas diarias y de las fiestas de guardar, o para los niños y niñas de las escuela atentos a la hora de la jornada escolar. El escuchar las horas del reloj de la torre debió ser todo un acontecimiento, pues permitía la organización del tiempo para toda la población. Elementos, además, que se incorporaron a la conversación diaria: "Acaban de dar las once", "Cuando den las diez", ...

Imagino la enorme novedad que supuso en aquel Riolobos de 1883, de calles terrosas y embarradas, con apenas alguna empedrada, la decisión del ayuntamiento de construir un nuevo cuerpo o tramo en la parte superior de la torre de la iglesia, derribando el que existía, para albergar la maquinaria de un "reloj de torre" que habían comprado, junto con una campana y su armazón de hierro para colocarla; elementos ambos que coronan desde entonces el conjunto de esa torre.

Torreta del reloj, armazón de hierro y campana de 1883. La esfera es del nuevo reloj de 1960. Foto del autor hecha hacia 1980

Esta necesaria obra pública, su compra, instalación, obra arquitectónica, etc. han sido objeto de nuestra última investigación, en la que hemos recuperado toda la documentación existente sobre la misma. Pronto publicaremos los resultados. Así, podremos conocer las personas que, desde el ayuntamiento, propiciaron la obra y también a todos los que participaron en ella: el relojero cacereño, Capdevielle y Pérez, que sirvió de intermediario para la compra del reloj de la marca "Girod y Fontanez" y que encargó el armazón para la campana; los maestros albañiles, herreros, carpinteros, oficiales y peones que participaron en la obra y los jornales que percibieron; y también los materiales utilizados para la construcción de la nueva torreta del reloj que dio una nueva fisonomía a la torre de la iglesia. 

 

Una ilusionante iniciativa para la gente del pueblo, pero que no funcionó tan bien como se esperaba. Muchas fueron las composturas realizadas a lo largo de los años.

El reloj "Girod" duró poco más de setenta años. En 1960 se encarga, previa subasta y contrato, una nueva maquinaria y esfera fabricadas por la empresa "Blasco Manufacturas", de Roquetas (Tarragona), que es la que se conserva actualmente. La antigua de Girod fue entregada a la empresa Blasco en compensación de pago de la nueva máquina. Pablo Sánchez (Chendo), con su camión, se encargó del transporte de la nueva desde la estación de Plasencia, llevando además "el Reloj viejo" y los envases del nuevo a la misma estación para su envío a Blasco

El estado de este nuevo reloj, instalado a finales de diciembre de 1960, necesita actualmente una buena limpieza y alguna reparación, pues se encuentra con un cierto abandono y en proceso de deterioro. Es un elemento patrimonial que no deberíamos perder como ha pasado con otros. Habría que conservarlo en su espacio original, si eso es lo más conveniente, o exponerlo en un espacio institucional para su observación y disfrute por toda la población. 

La interesante y completa colección documental que se guarda sobre ambas maquinarias nos ha permitido reconstruir la historia del reloj hasta el funcionamiento electrónico del actual, que también tiene su interés. Como hemos dicho, en fechas próximas publicaremos los resultados de la investigación realizada que uniremos a la que hicimos sobre la construcción del cementerio municipal de 1885, ya publicada en el libro de los LI Coloquios Históricos de Extremadura, celebrados en Trujillo en septiembre de 2022. Dos hitos de nuestro patrimonio y del paisaje urbano del pueblo, realizados en 1883 y 1885, que supusieron una indudable modernización en las estructuras y formas de vida de la sociedad riolobeña. 

©José Vidal Lucía

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cuento de "El pastor y el mes de marzo". Y un refrán. "Si marzo retuerce el rabo..."

Una visita al palacio de Sotofermoso, en Abadía, a través de imágenes y de algunos textos prestados

Las lavanderas de Cáceres y la fiesta del "Febrero". 1: Antecedentes y origen.

El agua quieta del aljibe. Casa de las Veletas. Cáceres

"Arbolando" el Cerro Tomillar de Riolobos

Albalá. Las Tablas de antaño. 1

De equinoccios, luz solar y grabados en el paraje de Los Barruecos

En el Museo de Cáceres. Una exposición sobre el yacimiento de Al-Balât

Preparando la Hoguera de Nochebuena en Albalá.