Riolobos. Hace años se vestía a Santa Catalina

El título puede sorprender. La imagen actual de Santa Catalina, una escultura de bulto policromada, se representa ya vestida; por tanto no necesita ninguna indumentaria. Eso sí, admite multiples repintados con colores más o menos saturados según el momento y el restaurador, que no suelen ser del gusto de todos. 

Estamos acostumbrados a ver a Santa Catalina sólo a través de la imagen que tenemos actualmente. Pero no siempre debió ser así la representación icónica de la patrona de Riolobos. Esta que se venera hoy en el lugar es una obra moderna, posiblemente de las primeras décadas del siglo XX; no sabemos el momento en que fue adquirida. Es algo que habría que investigar, si es que la compra consta en los libros parroquiales y en los inventarios. Tampoco tenemos constancia de la escultura o esculturas que hubo en los siglos anteriores.

Lo que sí hemos observado en dichos libros, concretamente en el Libro de Cuentas de Fábrica de esta Parroquia, es que en algunos años de mediados del s. XVIII se compraban tejidos, vestidos y adornos para confeccionar la indumentaria de la santa. Lo que quiere decir que en aquellos momentos la imagen podía ser una imagen de las llamadas "de vestir", es decir, que no fuera de bulto completo como la actual, sino una estructura que sólo tuviera esculpidas la cara y las manos. No hay que extrañarse, porque de este tipo son algunas de las vírgenes que se conservan en la iglesia. Podría ser también una escultura de bulto que se adornara con vestidos en ocasiones de celebración. Es algo sobre lo que también hay que indagar.

Normalmente la imagen de nuestra santa siempre lleva incorporado como atributo que la identifica una rueda dentada que recuerda el martirio que, según la tradición y según la Leyenda Dorada de Jacobo de la Vorágine, sufrió en Alejandría. También suele llevar una espada en una mano y la palma del martirio en la otra. Se la representa como una dama noble y a veces va tocada con una corona. Algunos de estos elementos son visibles en la breve galería de imágenes que presentamos al final de esta entrada.

Parroquia de Santa Catalina. Riolobos. Noticia de vestidos para la Santa. S. XVIII.

Nuestra intención es sólo dejar constancia de este aspecto de los "vestidos"que se compraban y se confeccionaban para vestir y engalanar la imagen de Santa Catalina. Los acompañaremos, como ilustración, con algunas representaciones de la santa alejandrina que hemos visto en otros lugares.

Un primer dato que encontramos viene de 1758, en el cual Juan Perez de Alonso, mayordomo de la parroquia en ese año en las cuentas que rinde señala que se gastaron setenta y seis reales para pagar al "maestro que doró a Santa Catalina y por poner otras piezas al retablo". No consta el nombre ni el lugar de dicho maestro entallador o ensamblador.

En la cuenta que rinde el mayordomo Pedro Moreno en 1760 se dice literalmente:

148 r(eale)s y doze m(aravedí)s V(elló)n que tubo de q(uen)ta a la Iglesia el vestido de Sta Cathalina pues aunque importo dosc(ien)tos y dos R(eale)s se rebajan cinq(uen)ta y tres y veinte y dos m(aravedí)s que sacaron de una rifa"

Es decir, el vestido que se hizo para Sant Catalina importó doscientos dos reales, pero como se habían sacado cincuenta y tres reales y dos maravedís de una rifa, el gasto que apuntó el mayordomo fue sólo de ciento cuarenta y ocho reales y doce maravedís de vellón. 

De especial interés es el apunte que aparece en la cuenta de 1775 y 1776, pues refiere de manera muy pormenorizada todos los elementos de la indumentaria de la santa y los precios que costaba cada cosa. 

  • De cinco varas y m(edia) de fondo de seda p(ara) un vestido a la Patrona Sta Cath(alina) a 36 la vara, 198 r(eales)
  • Cinco varas de tafetán azul p(ara) lo mismo a nueve r(eales) vara, 49 r(eales) y 17 m(aravedís).
  • Treinta y siete r(eales) y m(edio) de seis onza(s) y quarta de puntilla de oro p(ara) d(icho) a 6 r(eales) la onza. 37 r(eales) y 16 m(aravedí)s.
  • 15 para la (h)echura y seda p(ara) el vestido

En 1777 el mayordomo de ese año, Simón González anota dos conceptos también reseñables. Por una parte, se hace un cargo (entiéndase, dinero que se recauda) de "Cinquenta y cinco r(eales) qe dieron de lim(osna) en el ofertorio y manada dia de Sta Cath(alina)". El acto del ofertorio debía hacerse todos los años en la celebración de noviembre, como también en otras fiestas. Pero aquí nos llama la atención la palabra manada. Es un término que todavía se utiliza en Riolobos. Lo que se entregaba a los novios como regalo en la boda, se llamaba "la maná". Dicha palabra no tiene en el diccionario ese significado.

El otro apunte: "9 r(eales) ael tamborilero de tocar a la func(ión)". A partir de este año lo del tamborilero se repite algunos más. Por ejemplo, en 1787 el mayordomo Juan Yzquierdo apunta entre los gastos: "Es data diez y ocho r(eales) que pago al tamborilero para el dia del ofretorio (sic)". Al margen del apunte aparece la palabra Tamborino. Lo mismo en 1788 (con el mayordomo Manuel Copero) o en 1790 con el mayordomo Francisco Xavier Benav(en)te. En todos los apuntes que hemos observado nunca aparece el nombre o la procedencia del tamborilero. Habría sido de gran interés haber podido identificar a la persona que en el pueblo ejercía dicho oficio, al igual que aparecen los nombres de los mayordomos, de los artesanos que restauran las imágenes y los retablos, los maestros de obra que hacen reformas, etc. Creo que hasta finales del XIX no contamos con el nombre de un tamborilero, el tío Santos Ginés, muy significado porque fue un gran informante del profesor y folklorista García Matos. Un día habrá que hablar de él. Riolobos ha sido y es un pueblo de buenos tamborileros.

Para terminar reseñaremos un apunte que aporta información muy significativa. En el citado año 1787 el mayordomo anota entre los ingresos (cargo) un concepto que etiqueta al margen como "Limosna de Santa Catalina" y dice así:

"Es cargo quin(nien)tos quareta r(eale)s y diez y seis m(aravedí)s que juntó de limosna S(an)ta Catalina el dia que salio por el lugar con la proces(ió)n de rogatiua por el remedio del contagio qe padezia el pueblo, en esta forma, quatroc(iento)s ses(en)ta y quatro r(eale)s de diez f(anega)s  y un zelemin de trigo qe vendio, de veinte f(anega)s y un zelemin qe junto, las diez f(anega)s a quar(en)ta y seis r(eale)s y quatro r(eale)s por el zelemin------ 540 rs-16 ms y set(en)ta y siete r(eale)s y diez y seis m(aravedí)s en dinero.” 

A este cúmulo de ofrendas hay que añadir también que en el "ofretorio" de esa celebración se recaudaron 76 reales y 26 maravedís "que valieron diferentes cosas que juntó de limosna el día del Ofretorio y se vendieron"

Indudablemente fue una buena limosna, en tiempos de mucha necesidad. Y hay que tener en cuenta que, en el primer apunte, sólo se contabilizaron las diez fanegas y el celemín que vendió, de las veinte fanegas que se habían juntado. Este año de 1787 es año de contagios y muchos fallecimientos en todos los lugares debido a lo que llamaban "fiebres tercianas" (malaria) y a otras infecciones. También contribuía a la alta mortalidad la insalubridad que producían los enterramientos en el interior de las iglesias. En el caso de Riolobos, el Libro de Difuntos de estos años refleja la siguiente estadística:

Fallecidos en 1786: 36 párvulos y 19 adultos.

Fallecidos en 1787: 28 párvulos y 28 adultos. 

Conviene señalar que entre los adultos de ambos años también hay menores de edad. Es normal que esta alta mortalidad provoque la procesión de rogativas y el aumento de ofrendas a la santa pidiendo protección.

Iconografía de Santa Catalina

Veamos ahora para hacernos una idea de la iconografía de Santa Catalina una serie de imágenes de distintos sitios, varias recogidas por nosotros. En alguna de ellas veremos lo que se conoce como "imagen de vestir" y en otras, también la escultura vestida.

Santa Catalina. Fregenal de la Sierra (Badajoz). Es una imagen vestida con los atributos propios de la santa que puede dar idea de lo que se cuenta en esta entrada.

Santa Catarina Ayotzingo. (Chalco, México). Imagen tomada del Facebook de la parroquia. Una imagen "de vestir".

Imagen de bulto, con rica policromía. Parroquia de Santa Catalina. Monroy (Cáceres)

Santa Catalina. Catedral de Santiago de Compostela.

Santa Catalina. Escultura de granito. Capilla de la Pila. Catedral Vieja de Plasencia. En este caso la iconografía se reduce a la corona que lleva en la cabeza y el atributo de la rueda del martirio que porta en sus manos.

Esta Santa Catalina, también en granito, del Monasterio de Santo Tomás de Avila, aporta dos elementos nuevos: el libro de lectura y la figura del emperador que la santa "sujeta" bajo sus pies.

Retablo de la Iglesia de la Virgen en Ravensburg. Hacia 1480. Talla en madera. Berlín Bodemuseum. Imagen tomada de la web, de la Revista Digital de Iconografía Medieval. Número 7 (2012). Este grupo escultórico representa el momento del martirio.
 
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GLOSARIO (definiciones del Diccionario de Autoridades - (1726-1739)

REAL. Moneda del valor de treinta y quatro maravedís, que es la que oy se llama real de vellon; pero no la hai efectiva. En algunas partes de España se entiende por real, el real de plata.

MARAVEDÍ. Moneda de cobre, que ha corrido en España con diversos valores, en lo antiguo y en lo moderno, motivado de las alzas y baxas de la moneda de vellón. El que oy tiene es de la trigesima quarta parte del real desta moneda: y se hallan en especie mui pocos, sino es en los Réinos de Andalucía, particularmente en Granada. (Tomo IV -1734)

VARA. Se llama assimismo un instrumento formado de madera, ù otra materia, de que se usa para medir, graduado con varias señales, que notan la longitud de tres pies, y la dividen en tercias, quartas, sesmas, ochavas, y dedos. (Tomo VI - 1739)

VARA. Se llama tambien la porcion de tela, ù otra cosa, que tiene la medida, ù longitud de la vara. (Tomo VI - 1739)

ONZA. Se toma ordinariamente por una de las partes en que se divide la libra, que por lo regular es en Castilla de 16. onzas, aunque en algunos parages suele ser de 12. de 20. de 36. (Tomo V - 1737)

TAFETAN. s. m. Tela de seda mui unida, que cruge, y hace ruido, ludiendo con ella

TAMBORILERO. s. m. La persona, que tiene por oficio tocar el tamboril.
TAMBORIN, Ò TAMBORINO. s. m. Lo mismo que Tamboril. Es voz antiquada. (Tomo VI - 1739)
 

Para consultar:

GONZÁLEZ HERNANDO, Irene (2010), "Santa Catalina de Alejandría", Base de datos digital de iconografía medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/santa-catalina-de-alejandria

Revista Digital de Iconografía Medieval. Número 7 (2012).  https://www.ucm.es/data/cont/docs/621-2013-11-21-7.%20Santa%20Catalina.pdf

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© José Vidal Lucía

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