Riolobos. El cementerio municipal de 1885, obra inédita de Vicente Paredes y de Santos Pulido. Recuperando documentos y memoria.

Presentación. Salón de Actos del Ayuntamiento. Fotos: Rafael Fernández

"Santos Pulido, con su trabajo, quiso dejar, y dejó, memoria de un tiempo, de un pueblo y del vivir y morir de sus habitantes".

 (Comunicación en los Coloquios Históricos 2022)

Este 31 de octubre, víspera del día de Todos los Santos (los "tosantos" de algunos sitios), presentamos en Riolobos los resultados de nuestra investigación sobre la obra y autores del cementerio municipal de 1885. Ya lo habíamos hecho previamente en los LI Coloquios Históricos de Extremadura en Trujillo (sept-2022). Para este día habíamos previsto la presentación en la curiosa Aula de Naturaleza de Riolobos, pero la afluencia de casi setenta personas nos obligó a trasladar la presentación al Salón de Actos del Ayuntamiento. Nuestro agradecimiento al alcalde José Pedro Rodríguez y a Eduardo Martín, gestor cultural de Turismo Riolobos, por su disponibilidad e interés para que este acto fuera posible y llegara a la gente del pueblo. Agradecido también a todas las personas de Riolobos que os pasasteis por allí para compartir estos trabajos. Para nosotros fue un momento de emoción y de satisfacción por lo que supone de aportaciones a la historia local.

Nuestro objetivo era presentar toda la documentación recuperada en los distintos archivos provinciales, y también en el municipal, sobre la gestación y realización de esta singular obra arquitectónica, situada en una colina amesetada próxima a la población, que se constituye como un verdadero "hito integrado en el paisaje rural" y también como una especie de vértice geodésico del entorno próximo de Riolobos. Es, sin duda, una de las obras arquitectónicas más relevantes de la comarca.

Tras una introducción sobre los ritos de inhumación en la iglesia parroquial y en el camposanto adosado a la misma durante el XVIII y XIX, presentamos algunos documentos de 1862 en los que el Gobierno Civil de la provincia insta, con suma premura, a la Corporación municipal a construir un nuevo cementerio alejado de la población para evitar la insalubridad del "lugar céntrico y estrecho" que era el cercado del camposanto citado. En la década siguiente comienza a aparecer en los presupuestos municipales de los cuatro primeros años, una asignación de 1500 ptas., que pronto sería de 2500, para dicha obra. Pero en ninguna de las dos décadas se lleva a cabo, aunque se había señalado como lugar apropiado el llamado de los "tejares" en la zona de poniente del pueblo.

Será en el presupuesto de 1884-85 cuando la Comisión de presupuestos, formada por el alcalde Manuel Calvo y los concejales José González Monroy y Juan Egido Iglesias, incluye una partida de alrededor de once mil pesetas para la misma. Y a partir de aquí se inicia todo.

Cuatro pantallas de la presentación. Fotos: Mª Ángeles y Raúl

Pudimos observar datos sobre la sesión en la que se eligió al arquitecto placentino Vicente Paredes Guillén para la dirección facultativa y la realización de planos, proyecto y memoria, que en menos de dos meses llevaría a cabo. Vimos los anuncios de la sesión de subasta y una copia del acta de dicha sesión de remate en la que la obra se adjudica al alarife y cantero de Riolobos, Santos Pulido Calvo. También dimos noticia de la compra de los terrenos en el sitio llamado de Calzones, donde definitivamente se situó el cementerio, con cita a los dos principales vendedores, Sebastián Mendo y Eugenia Ramos, y a los que vendieron sólo unos metros para permitir hacer el camino.

Quizás el documento de mayor interés que hemos analizado sea la Certificación o Liquidación de la obra realizada por Vicente Paredes (octubre de 2022), en la que, de manera precisa y muy pormenorizada, da cuenta de toda ella incluyendo estructuras constructivas, materiales, metros e importe de cada unidad de obra. Ese documento nos ha permitido describir todos los elementos arquitectónicos que conforman el edificio, a falta de la memoria y planos que no hemos encontrado en los archivos. Así describíamos la parte central edificada del cementerio en nuestra comunicación de Trujillo:

"El edificio central de la fachada consta de un atrio cuadrado de unos 3 m de lado. En su par­te oeste, una capilla con armadura de madera y cubierta de teja; enfrente, un depósito del mismo tipo. Las cuatro paredes del arco están perforadas por sendos vanos con arcos oji­va­les. Los del oeste y este sirven de puerta de la capilla y del depósito y los otros, de acceso al atrio y al cementerio. Las esquinas del atrio tienen pilares, rematados al exterior con pi­­nácu­los cónicos y cuatro molduras angulares en los lados. Además, en las dos esquinas exteriores de capilla y depósito, en el interior del recinto, de nuevo dos pilares con pináculos pira­­midales. Todo de fábrica de ladrillo. Este conjunto de elementos (pilares, pi­náculos, arcos ojivales) se complementa con una singular cúpula cónica sobre el atrio de en­trada. La bóveda interior es doble. Un primer cuerpo troncocónico de “bóveda de ½ pié” que apo­ya sobre las cuatro pechinas del atrio y encima otra superior “de á tercia” que remata el con­junto. Al exterior es un perfecto cuerpo cónico que aporta una sorprendente coronación al edificio".

En la citada certificación el arquitecto incluye también la "obra adicional de una alcantarilla sita en la Cagancha dentro del pueblo". Se trata del llamado puente, en la calle de este nombre, que hubo que construir como tal obra adicional para permitir el paso de la comitiva fúnebre desde la iglesia, por la calle Real, hasta el cementerio. Las avenidas periódicas del arroyo que conocemos como "la Zabancha" sólo podían salvarse con la construcción de esta alcantarilla.

Del acto oficial de la bendición del lugar el 8 de octubre,  a las 4 de la tarde (entonces era hora solar), tenemos información por el "Acta de Bendición" inserta en el Libro de Defunciones de la parroquia de Santa Catalina correspondiente a esos años. La realiza el notario eclesiástico (y también concejal y luego alcalde, y comerciante y ministrante, etc) José González Monroy (Ver "Riolobos. Robo en un comercio en 1885."). Con él firma el cura del momento, Martín Curto. En el acta se incluye el nombre de la primera persona que es inhumada en este nuevo Cementerio Municipal al día siguiente, el 9 de septiembre. Se trata de Blas González Mesa, natural de Galisteo, de oficio carpintero, casado con Encarnación Martín y bisabuelo de Dámasa, Puerto, Teresa, Consuelo y Gloria. Todas González.

De especial interés son las listas de jornales y personas que realizaron, en el lugar, la explanación, nivelación del terreno, la "apertura de la zanja ó calleja del oeste", el "enrollado de 24 metros cuadrados á la puerta del cementerio" y "la traida y colocacion de hitos en el paseo exterior". Se emplearon seis semanas que, empezando el 20 de julio, con alguna interrupción, terminaron el 25 de octubre. El pago de los jornales era desigual dependiendo de la capacitación, edad, sexo, y disposición de caballerías, de los y las participantes. En la segunda semana trabajaron seis mujeres. 

Terminada la obra, hemos encontrado una valoración del cementerio  firmada por el alcalde Clemente Arroyo en 1891, que dice así:

"Un cementerio municipal católico, con accesorio de otro civil, situado en el termino de es­te pueblo y sitio de Calzones; ocupa una superficie de diez y ocho áreas y linda al Este con terre­nos de Sebastian Mendo; al Sur con los mismos terrenos, Oeste, otros de Ventura Lopez; y al Norte con terrenos del referido Sebastian Mendo y Marcos Gonzalez; su valor 12.000 pesetas”. 

No acaba aquí la cosa; se presentaron también otros documentos para completar la información. Entre ellos la reforma de 1954, llevada a cabo por el Ayuntamiento del momento presidido por don Miguel Málaga. Pudimos ver el plano de dicha reforma, los albañiles intervinientes, y el resultado final de la misma; perfectamente visibles (el antes y el después) en los fotogramas de los distintos vuelos americanos y del interministerial de 1981. 

Quizás lo que más me sorprendió durante la exposición es que nadie de los presentes tuviera constancia de la marca o firma dejada por el constructor Santos Pulido Calvo en la cruz que corona la cúpula cónica. En dos chapas soldadas al travesaño horizontal aparecen perforadas las letras S y P. Una manera sutil, y muy visible, de mostrar con orgullo la magnífica obra que, como hemos dejado claro, destaca por su belleza constructiva, su funcionalidad demostrada y su utilidad pública de primer orden.

Con todo este bagaje, subimos al cementerio para ver la obra "in situ" y comentar las lápidas más antiguas que se mantienen en los nichos de las paredes de la fachada principal.

Visita al cementerio. Foto: Raúl Lucía

Habrá oportunidad de consultar una información más amplia sobre este lugar cuando se publiquen las actas de los Coloquios Históricos de Trujillo (actualmente en proceso de publicación) y también con la monografía que estamos completando y a la que añadiremos también los documentos pertinentes.

Texto y realización: José Vidal Lucía
Fotos: Rafael Fernández, Mª Ángeles Jareño y Raúl Lucía 

Nota final: 

Como ya hemos dicho, la información que precede se ha obtenido de nuestra Comunicación en los "Coloquios Históricos de Extremadura" en Trujillo y septiembre de 2022. 

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Comentarios

  1. Gracias José Vidal , por haber encontrado tantos datos y saber exponerlos, nadie como tú para hacerlo.
    Cada vez que llegó al pueblo pienso en el bisabuelo es un orgullo.
    Gracias un abrazo para los tres por el trabajo que habéis hecho.Montse

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, Montse, por tu valoración. Ya ves que, además de toda la documentación encontrada sobre la obra y Santos Pulido, hemos introducido ese elemento de sus iniciales en las chapas metálicas que aparecen en la cruz. Un abrazo.

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