Una visita al palacio de Sotofermoso, en Abadía, a través de imágenes y de algunos textos prestados

Jardín del Palacio de Sotofermoso. Abadía (Cáceres). Detalle de la Capilla de las Uvas.

Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora, / campos de soledad, mustio collado ... (Rodrigo Caro)

El antiguo Palacio de los Duques de Alba

Lo que fue palacio con un celebrado jardín renacentista, hoy es casona, huerta y prado. Sólo conserva el bello patio mudéjar, algunos muros de cantería con hornacinas (en una de ellas, la escultura marmórea de Andrómeda) y también los vestigios de prodigiosas puertas monumentales manieristas situadas en el muro que da al río Ambroz (el Serracinos, que cita Lope). Se encuentra situado en el pueblo de Abadía, en la comarca del Valle de Ambroz, en una zona del somontano de las sierras y estribaciones del Sistema Central. Un territorio de clima benigno y de lluvias abundantes que permiten cultivos y jardines.

La fachada principal de la casa con aspecto de fortaleza en su situación actual.
 
Históricamente fue un lugar importante. Posiblemente, en el s. XIII, era una abadía cisterciense (de ahí el topónimo), dependiente del monasterio de Moreruela. El lugar ofrecía todas las condiciones para un asentamiento del Císter: zona fragosa, abundancia de agua, clima favorable, cierto alejamiento... Un espacio muy adecuado para el ora et labora. Habría que imaginar la fértil huerta en la ribera del río constituida como un hermoso y fructífero locus amoenus. Pero, por concesión de Alfonso X, pasó a depender a finales de esa centuria del señorío de Granadilla. Es en el s. XV cuando la aldea de Abadía y el palacio aparecen entre las posesiones de la Casa de Alba. En ese tiempo es un lugar de referencia para nobles y reyes, que en ocasiones pasaron y se alojaron en él. El personaje que reformó la casa-fortaleza para convertirla en palacio e inició la construcción del jardín renacentista fue don Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel (1507-1582), III Duque de Alba. Destaca como político y militar, pero recibió también una formación humanística de su ayo y educador, el poeta Juan Boscán. Además fue amigo de Garcilaso de la Vega, quien dedicará al duque su Égloga segunda.

De estas reformas lo más singular fue la creación del jardín, un hortus conclusus, cercado y con uno de sus muros próximo al río. "La cerca hace al jardín" escuché hace unos días a Santiago Berruete en el seminario "Lo sublime a ras de tierra", celebradas a finales de octubre en el CAV Helga de Alvear de Cáceres ". Y añadía: "no hay jardín sin bordes". En efecto, el jardín hay que entenderlo como paisaje acotado, naturaleza ordenada, lugar de representación. Con estas palabras se expresaba también Álvaro Perdices en esas jornadas.

Sobre el lugar escribieron diversos autores: Bartholomé de Villalva y Estaña en El Pelegrino Curioso y Grandezas de España (manuscrito realizado hacia 1577), Lope de Vega en Rimas de Lope de Vega Carpio a Don Juan de Arguijo (1604),  Antonio Ponz en Viaje de España... tomo VIII, (1784) y J. R. Mélida en Catálogo Monumental de España. Provincia de Cáceres (1914-1916) (Madrid, 1924). Los estudios de los últimos años aparecen en la bibliografía. 

Pero vamos por partes.

El patio mudéjar

Vista del patio mudéjar del palacio de Sotofermoso en Abadía (fotografía de 2012).

El patio fue contruido a finales del XIV y principios del XV. Es de planta cuadrada y está formado por cuatro galerías con cinco arcos en cada uno de los lados. Los arcos de la planta baja, la más antigua, son de herradura apuntados (arcos túmidos) y se enmarcan con un alfiz. Arco y alfiz aparecen combinando el color blanco de la cal con el rojo que intenta semejar un aparejo de ladrillo. Se apoyan sobre pilares de granito achaflanados con grandes basas. Los capiteles se decoran con motivos vegetales y animalísticos. La galería superior, posiblemente del XVI, tiene arcos escarzanos y balaustrada.

La construcción del jardín y las referencias literarias

Rampa de acceso al jardín por la Puerta Chica. Al fondo, en línea recta, la Capilla de las Uvas.

A lo lejos, vista del muro norte que linda con el río Ambroz. En él se conserva la ruina de seis puertas o ventanas monumentales. En la imagen se ven la Capilla de las Uvas (a la derecha) y la Puerta Dórica.

No conocemos la fecha de contrucción del jardín. Tampoco los arquitectos o jardineros que lo diseñaron y crearon. Sólo ha aparecido una referencia con nombre y fecha. Ponz lo cuenta así: "En uno de los pedestales de las estatuas, que he dicho, hallé esculpido el nombre del autor, y el año en que se hizo la fuente, lo cual se halla mal escrito de esta forma: 1555 Francisci Camilani Florentini opus". Este escultor aparece reseñado por Vasari en su obra sobre los arquitectos, escultores y pintores. Para conocer la organización original del jardín contamos con las referencias literarias antes citadas. La más antigua es la de El Pelegrino Curioso que lo describe en 1577, cuando quizás no estaba terminado del todo. Lope de Vega en 1604 hace una descripción muy pormenorizada en cuatrocientos versos organizados en octavas reales. Antonio Ponz lo describe en 1784 de manera más realista. Estas tres fuentes son fundamentales para intentar reconstruir lo que pudo ser aquel jardín.

Anaparástasis o reconstrucción ideal del jardín

(Restituyó Alfonso Jiménez, dibujó F. Pinto)
Imagen tomada del artículo "Sotofermoso" de Alfonso Jiménez Martín. Revista Periferia, 1984, nº 2. pag. 73. El artículo se publica conjuntamente con el titulado "El arca de Albano" de la profesora M. Mar Lozano Bartolozzi.

En la cartela se puede leer el nombre de los elementos del jardín:

1 Palacio. 2 Jardín Alto. 3 Fuente de Igea. 4 Fuente del Caballo. 5 Fuente de los asientos. 6 Molino. 7 Puerta de los Puños. 8 Plaza de Nápoles. 9 Fuente de Baco. 10 Puerta Chica. 11 Huerta. 12 Parnaso. 13 Los Planetas. 14 La Barca. 15 Fuente de Hércules. 16 Fuente del Balaustre. 17 Capilla de las Uvas. 18 La Dórica. 19 Plaza de la Música. 20 Reloj. 21 Cleopatra. 22 Guerra. 23 Capilla de Plutón. 24 Río Ambroz.

La profesora Mª del Mar Lozano Bartolozzi considera que este palacio es "punto de referencia de sugestivas descripciones que desde el mismo siglo XVI evocan, con misterio y ambigüedad, la existencia de un jardín singular y sofisticado, núcleo poético además en donde se celebró una Academia Literaria a la que asistió Garcilaso de la Vega" (1986). Y en otro lugar añade: "...la Academia Literaria que se celebra en Abadía llamada Academia Doméstica parece ser que también era denominada el Arca de Albano (Monte donde se veneraba a Júpiter y que al mismo tiempo hace referencia al nombre del duque de Alba)" (1984). 

Sobre la organización del jardín:

"La estructura sería la propia del jardín renacentista seguidor de los helenísticos y romanos: en terrazas descendentes desde el palacio hasta el río, con una articulación del espacio creador de una perspectiva. Con divisiones de mirto y arrayanes, árboles y otras plantas que forman círculos alrededor de las fuentes, calles, etc. Y así se crean zonas independientes con balaustres, fuentes, estanques, un cenador, pasando de una a otra por rampas, escalinatas o sendas" (Lozano Bartolozzi, 1984)

Sobre la función y significado del jardín: 

"Es indudable que el jardín es un símbolo de prestigio y de búsqueda de concreción de la fama de su autor, don Fernando ..., que reunió las intenciones de una figura típica del renacimiento: crear un contexto heroico en un lugar apartado, que exaltara con alegorías y analogías su personalidad. Un contexto reflejo de su cultura intelectual, donde fantasía, capricho y naturaleza se interrelacionan. [...] En este jardín el duque es como un príncipe con todo un programa de virtudes y gestas, representado a través de las referencias a los héroes de la Antigüedad,  a personajes ilustres, a alegorías mitológicas ..." (Lozano Bartolozzi, 1984)

Las octavas reales de Lope de Vega

Lope, estando al servicio de don Antonio Álvarez de Toledo, nieto de don Fernando, debió visitar el jardín y publica en 1604 unas rimas que lo describen con referencias históricas y mitológicas muy bellas, pero algunas de difícil comprensión. Su objetivo era honrar al creador del mismo, el tercer Duque de Alba, pero a la vez, al nieto a cuyo servicio estaba. Veamos algunas de ellas:

Yace donde comienza Extremadura, / al pie del monte que divide a España, / un hermoso jardín, que en hermosura / los pensiles hibleos acompaña; / de las nevadas sierras de Segura / el río Serracinos baja, y baña / los cimientos del muro, y las almenas / miran por sus cristales sus arenas.

[...]

Que el intento mayor del gran Fernando, / por quien su fama censo al tiempo niega, / fue hacer este Parnaso, fabricando / sepulcro a Garcilaso de la Vega. / ¡Oh tú, que estás sus cumbres habitando, / la más humilde de su patria llega / a tu morada eterna, monte y fuente; / permíteme templar la sed ardiente.

[...]

Hay otros cuadros donde están labradas / de murta mil figuras, y otras fuentes / de bronce firme, en quien se ven pintadas / las hazañas de Alcides diferentes. / En fin, en el jardín están cifradas / fábulas tan extrañas y excelentes, / que es otro nuevo Ovidio transformado, / aquí poeta escrito, alli pintado ...

Esculturas y relieves procedentes de lo que fue jardín

Dos sátiros en mármol que formaron parte de una de las fuentes. 

Escultura posiblemente perteneciente a la fuente de Higia (o Igea), diosa de la Salud. Representa a una aldeana que estaría colocada sobre un pedestal en dicha fuente. En otro, la figura de la diosa, que no se conserva.

Dos esculturas que formaron parte de la monumental fuente de la Plaza de Nápoles.

La escultura de Pegaso. Junto con la de Perseo (conservada con mucho deterioro en la galería del claustro) y con la de Andrómeda (que permanece en su hornacina de la Plaza de Nápoles) componían el mito

Relieve con cabeza dionisiaca

Relieves con personajes históricos, considerados como modélicos, para exaltar las virtudes del Duque. En la parte superior, emperadores romanos (Galba, a la izquierda, y Commodo, como Hércules, a la derecha). En el medio, princesas de la dinastía Julio-Claudia y posiblemente Faustina la Mayor (en el centro). Debajo, supuestos Dante y Cicerón además de retrato de personaje de la época de Augusto. Para la identificación hemos seguido la propuesta de M. Mar Lozano Bartolozzi (1984).


  Lope se refiere a estos personajes en los siguientes versos:

"Aquí se ven los Césares famosos, / Nerón, que aun de su bulto adivina / y en los ojos sin alma, rigurosos, / que a Séneca dio muerte y a Agripina; / vense los de Cleopatra y Julia hermosos, / y del padre también de la latina / lengua el rostro, que el tiempo reverencia, / mostrando a Catilina su elocuencia".

La Plaza de Nápoles. El mito de Perseo y Andrómeda

Uno de los elementos más interesantes del jardín es esta plaza situada en la parte alta del mismo. En un muro de sillares graníticos, que sirve de contención del jardín alto, se encuentran cinco hornacinas que reproducían el mito de Perseo y Andrómeda, además del escudo de los Alba en la hornacina central. A él se accedía desde la puerta de los Puños por una rampa sobre otro muro también de sillares. En la parte central de la plaza parece ser que hubo una monumental fuente, atribuida a Camiliani, sobre la que no coinciden los autores que lo visitaron. Villalba dice que es una fuente con planetas y Lope que es una fuente de los dioses. Algunos de los elementos de la misma, conservados en la galería superior del patio, los hemos expuesto más arriba.

Pero lo que posiblemente llame más la atención es la figura de Andrómeda encadenada ("Atada al mar, Andrómeda lloraba..." De Lope.) que se conserva en su hornacina original. Una bella escultura de mármol blanco que podría atribuirse a F. Camiliani. La imagen de Perseo se conserva con mucho deterioro en la galería superior del patio. Igualmente la del caballo Pegaso. 

Sobre la utilización de este mito en el jardín afirma Ponz: 

"No sé si baxo de estas fábulas se quisieron expresar las heroycas acciones del gran Duque de Alba don Fernando Alvarez de Toledo: por lo menos así lo dio a entender Lope de Vega en la descripción poética que hizo de este ameno sitio, ..."
Escudo del duque. Ajedrezado con banderas rendidas y un doncel o ángel portando la corona ducal. Se observa también la imagen del Toisón de Oro, orden en la que fue investido caballero en 1546 por Carlos I. Situado en la hornacina central.

Las puertas monumentales en el muro junto al río

En la parte baja del jardín, en el muro junto al Ambroz, se conservan arruinadas seis puertas, ventanas o capillas con hornacinas y con abundantes elementos decorativos, muchos de ellos de carácter mitológico. Algunas tienen formas de arcos de triunfo y suelen seguir los modelos serlianos. De izquierda a derecha, tal y como aparecen numeradas en la reconstrucción de Jiménez, son: 17 Capilla de las Uvas. 18 La Dórica.  20 Reloj. 21 Cleopatra. 22 Guerra y 23 Capilla de Plutón. Delante de la puerta del Reloj hubo también un espacio dedicado a la Música.

Capilla de las Uvas

Gran arco triunfal con hornacinas en los laterales. Sobre ellos, dos relieves con nereida y tritón. En las enjutas, dos figuras desnudas, junto a las que aparecen racimos de uvas. Sobre el entablamento, frontón triangular. En el interior hornacinas en los laterales y bóveda de medio punto con casetones. Decoración con formas a candelieri. En el suelo se observa un mosaico geométrico.

A la izquierda, detalle del mosaico con formas geométricas en el suelo de la capilla y a la derecha, detalle de los casetones con florones de la bóveda. Los racimos se ven junto a la figura desnuda de las enjutas.

Puerta Dórica

Portada que sigue el Orden Rústico del libro IV del Tratado de Serlio. Dovelas pentagonales en el espacio entre arco y entablamento. Remate de frontón triangular sobre un espacio rectángular con volutas a los lados. Sobre los soportes remates piramidales con bolas.


Ventana del Reloj

Detalle de esta ventana que tenía un reloj de sol sobre el entablamento. Destacan dos cabezas, un tanto monstruosas, en los laterales, cuya función era soltar agua por todos los orificios. Sobre ellas el escudo del duque.

Parte izquierda de la Ventana del Reloj. Pilastra con roleos.

Ventana de Cleopatra

"Luego una puerta rústica está abierta, / con un retrato de Cleopatra encima ..." (Lope de Vega, Rimas...)

Ventana de Plutón

Arco triunfal con triglifos y metopas en el entablamento, rematado con un frontón triangular. Decoración del interior del arco con casetones de azulejos y con estucos. En la jamba derecha se observa una figura masculina, que junto con su simétrica, hoy perdida, formaba parte de la estructura arquitectónica.

Todo este espacio, junto al muro, con estas portadas, capillas y ventanas monumentales, aparece en el texto de El Peregrino Curioso como un "paseador de seis ventanas o puertas que dan sobre un río grande, cuyo ruido y aguas son cosas deleitosas".

Sotofermoso, Abadía, patio mudéjar, huerta, jardín, ... todos ellos elementos diversos que conforman este lugar de tan especial relevancia histórica y literaria, que no ha resistido el paso del tiempo y del que sólo nos quedan bellos vestigios. Ojalá podamos conservar lo que queda para que pueda ser admirado por todos.

Nota: Todas las fotos son del 18 de octubre de 2012. Así estaban el palacio y el jardín en ese día lluvioso. Esperemos que no se haya deteriorado mucho seis años después.

Para consultar:

Además de los autores ya citados, son de consulta obligada:

Caballero González, Sebastián: La Abadía: un centro del conocimiento y de la cultura único en Extremadura. ERE, Mérida, 2015

Jiménez Martín, Alfonso: Sotofermoso (Jardín de Abadía. Cáceres). Periferia II, Sevilla, 1984.

Lozano Bartolozzi, Mª del Mar: El arca de Albano (Jardín de Abadía. Cáceres). Periferia II, Sevilla, 1984.

Lozano Bartolozzi, Mª del Mar: Abadía. Monumentos Artísticos de Extremadura, Badajoz, 1986.

Martín Gil, Tomás: Una visita a los jardines de Abadía, o Sotofermoso, de la casa ducal de Alba (Arte Español, Madrid, 1945). 

Navascués Palacio, Pedro: La Abadía de Cáceres: Espejo literario de un jardín. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte. UAM. Vol. V. 1993.

Realización: José Vidal Lucía

Comentarios

  1. Tu magnífica descripción de ese lugar, situado en los límites geográficos de de nuestras esencias identitarias y espacio ya de la nada, me ha permitido la ilusión de de penetrar a través de esos retazos de puertas abiertas a esplendores de un pasado plagado de historia, historias, artes y vida. Desde luego que has hecho que sea visuta obligada.
    Gracias por compartirlo

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  2. Gracias, Paloma, por tu amable comentario. Hemos vuelto a visitarlo hace unos días con un grupo de antiguos profesores. En el recorrido leímos fragmentos de las rimas de Lope y rememoramos historias del lugar. El día estaba gris y amenazaba lluvia. El color del día, la humedad general y el creciente deterioro (sobre todo, de las puertas del río) provocan una sensación general de melancolía. Las dos últimas visitas han coincidido en días lluviosos y de otoño. La próxima procuraré hacerla en primavera y con sol, a ver si las sensaciones son diferentes. Me alegro que te haya gustado.

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  3. Enhorabuena. Magnífico reportaje. He tenido la oportunidad de visitarlo muchas veces, pues está junto al pueblo de mi esposa: Aldeanueva del Camino. En cualquier otra comunidad autónoma este grandioso palacio hubiera sido restaurado y puesto en valor, ya que en su época tuvo uno de los mejores jardines de España, dijo Lope de Vega de él: es la octava de las siete maravillas. “Yace donde comienza Extremadura / al pie del monte que divide a España, / un hermoso jardín, que en hermosura / lo pensiles hibleos acompaña…”. "Cifró Naturaleza un paraíso / donde la primavera el ornamento / fundar de sus palacios verdes quiso". O sea, donde la primavera quiso fundar el ornamento de sus palacios verdes

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  4. Estimado José,
    Enhorabuena por su magnífico reportaje. Precisamente estoy acabando mi tesis doctoral sobre La Abadía y me gustaría ponerme en contacto con usted.
    Le facilito mi dirección de email para poder hablar:
    cristina.munnoz-delgado@uam.es
    Le agradezco de antemano su disposición y quedo a la espera de noticias suyas pronto.
    Un cordial saludo
    Cristina

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  5. Magnífico reportaje, conciso pero muy completo. Soy de Aldeanueva del Camino, del pueblo de al lado de Abadía y desde niña me ha parecido fascinante saber toda los que albergaron, y albergan los muros del palacio y el hermetismo de cara a las visitas que lo ha rodeado y que esté así de deteriorado cuando cuándo podría ser un enclave turístico a la altura de otros monumentos e nuestro país de primera índole. Es una pena que por discrepancias y rencillas de la familia que lo atesora no podamos disfrutar de todas las grandeza que podría tener si se puedes restaurar y sacar a la luz el resto de esculturas que según dicen las gentes del lugar estar, no a buen recaudo, en los sótanos de palacio y tapiadas en algunas estancias del mismo. Sería algo digno de ver aunque fuera es una recreación vitural, ya que algo me dice que está esta familia nunca pondrá en valor ni será consciente de lo que poseé.

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  6. Muchas gracias por la transmisión de tu conocimiento de forma tan generosa. Hace unos días lo visité y tu didáctica explicación me ha transportado a ese tiempo. Gracias.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, amigo o amiga de "La encina solit(d)aria", por tus amables consideraciones. Encantado de que haya gustado el lugar y que hayas podido ver más allá de lo que muestras los vestigios que quedan del pasado. Ya veo que el señor que enseña el jardín y el palacio sigue recomendando la lectura de esta entrada. Siempre hay un pequeño grupo de personas que se asoma a ella, después de hacer la visita. Me alegro que sirva para entender mejor ese espacio inefable, al que siempre hay necesidad de volver, a pesar de haberlo visitado. Un cordial saludo.

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    2. Buenos días.
      El lunes pasado visité el palacio y me maravillo y también tuve sentimiento de melancolía por ver el inexorable deterioro producido por la naturaleza y el tiempo.
      Agradezco enormemente la estupenda descripción que hace del Palacio y la transmisión de su conocimiento.
      Enhorabuena y gracias.


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  7. La prohibición de hacer fotos me impide ponerme a la puerta del palacio cada lunes hasta cansarme de ver esa especie de Bomarzo ibérico ¿Sabe alguien si es posible que exista algún modo para que permitan la toma de fotos?

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