En la portada del "Cuaderno extremeño para el debate y la acción". Núm. 4

- mayo 09, 2020

En este número 4 de los "Cuadernos Extremeños", que tan acertadamente promueve y coordina Juan Serna Martín, colaboramos con un artículo sobre "Educación y Patrimonio" y con la foto de portada. Una mirada a la ciudad y al azul de las sierras, más allá de la penillanura. En los próximos días compartiremos el artículo y tendremos ocasión de hablar de este número de los "Cuadernos". Ahora quiero invitaros a mirar la foto, encantado de que aparezca al lado de esas magníficas tomas de aves que habitan nuestros paisajes y cielos. Espacio natural / espacio urbano. Interesante dicotomía, pero, bien mirado, también síntesis.

"Desde la Torre". La foto original, completa. Sus proporciones han cambiado en la portada para adaptarse al formato.

La foto fue tomada el 13 de marzo de 2018, una mañana ventosa con unas luces muy especiales. Fue una visita con un grupo de profesores "eméritos" del IES Norba Caesarina a la llamada "Torre de las Cigüeñas", enorme atalaya que defendió la casa del capitán Diego de Cáceres Ovando. Un mirador privilegiado. No sólo por las vistas que ofrece, sino también porque este personaje cacereño, que supo apostar a caballo ganador, consiguió que la Católica Isabel le concediera la posibilidad de construir con almenas y merlones la torre de su casa. En tiempos, también confusos, de luchas nobiliarias, en los que se desmochaban las altas torres de las casas-fortaleza de los contrarios.

Bueno, lo que nos interesa es que la torre citada se encuentra en el punto más elevado de la ciudad intramuros, la plaza de San Mateo. Si a eso le añadimos su gran altura, nos encontramos, sin duda, en un magnífico oteadero que nos permitirá ver el núcleo central de la ciudad histórica, su expansión extramuros a lo largo de los siglos y, más allá, la penillanura, que comenzó siendo ocupada por centros universitarios y hoy se ha poblado con nuevos residenciales.Una mirada diacrónica, desde el centro a la periferia. Sobre todo porque en ella está el origen de nuestro poblamiento (Maltravieso, Castra Caecilia, Ribera del Marco).

Esta alta torre, junto a San Mateo, se ha recuperado para las visitas turísticas, siempre concertadas, desde la fecha de la foto. La subida a la misma nos ofrece vistas panorámicas inéditas en las cuatro direcciones. La que presentamos permite observar este centro histórico con una ocupación intensiva de grandes casas y palacios. Además de ese pináculo de la iglesia de San Mateo que se ve a la izquierda, llama la atención la enorme superficie de tejados de la casa en la que estamos y a continuación, las dos torres blanqueadas y el cimborrio y linterna de la iglesia de los Jesuitas. A su derecha, la parte alta del patio del colegio que también hicieron los de la Compañía junto con la iglesia en el s. XVIII. Nunca lo habitaron. La expulsión dictada por Carlos III llegó antes. Después, Santa María y, a la izquierda, la casa de Hernando de Ovando. Detrás, la torre del Espadero y la de Santiago. Esta última, ya extramuros. Muchos de estos edificios empiezan a ser utilizados para nuevas iniciativas del sector terciario. La Universidad, en cambio, renunció a instalarse en ellos y prefirió salir a la periferia. Y detrás, como decíamos, la ocupación de la penillanura. Barrio de Pinilla, Seminario Diocesano de Llopis Ivorra, facultades universitarias, espacio de ocio y deportivo El Cuartillo, el "polígono ganadero", los barrios de las Mejostillas, ... Y en la antigüedad, el campamento romano "Castra Caecilia". Al fondo, en la lejanía, el azul de las sierras, entre ellas, las serretas cuarcíticas de Monfragüe. Ese azul mereció unos versos de García Nieto. Publicamos un fragmento de su poema "Cáceres":

Cáceres a la sombra de la tierra
se arrodilla, y el llano que se ondula
le va ganando grises a la sierra
que a más azul del cielo más se azula.

José García Nieto (1914-2001)

Pero veamos también otras perspectivas de la ciudad desde la misma torre:

En primer lugar, un nido de cigüeñas en la espadaña de San Mateo. La cigüeña sigue habitando, cada vez en menor medida, las torres de la ciudad. Una muestra más, junto con las grajillas, estorninos, mirlos, vencejos, golondrinas, gorriones ... de la rica biodiversidad de este centro histórico. La colonia de cernícalos primillas que habita en ellas la ha definido como zona ZEPA. De ahí el Festival de las Aves que la ciudad celebra en mayo todos los años.

En el lado oriental se puede contemplar la Sierra de la Mosca y el Portanchito. Zona actualmente amenazada de explotación minera que puede acabar con su riqueza natural y con su biodiversidad. Demasiado cerca de la ciudad y de las zonas residenciales y servicios que citamos antes. En la ladera, a la derecha, la Ribera del Marco, por donde circula el cauce de agua que surge en la llamada Fuente del Rey o Charca del Marco, proveniente del Calerizo.

En el primer plano la Casa de las Veletas y la Casa de los Caballos, sedes del Museo de Cáceres.

Vista hacia el Sur, con los nuevos edificios del ensanche de la segunda mitad del XX. En primer plano, la espadaña de San Mateo.

Hacia el Oeste, la torre del Postigo y el barrio en torno a San Juan. En la otra imagen, el caserío se apiña desde la zona de la plaza hacia la torre que se llamó de Italia. Cierra el horizonte oeste, las pequeñas lomas de la Sierrilla, detrás de Aguas Vivas.