Los Tableros de San Mateo y la danza del "Chicurrichi" en Torre de Santa María. 1 Evolución histórica

Sonia Carrasco, joven tablera de 2019, con su "danzaor" Diego Valhondo. Rematando el baile del "Chicurrichi" y continuando la tradición.

Una fiesta, tres lugares

Los Tableros de San Mateo en Torre de Santa María, los Tableros de la Virgen del Rosario en Valdefuentes y las Tablas de los Quintos en Albalá en Nochebuena y Navidad. Una fiesta, tres lugares. Creo que esta es una buena forma de mirar estas celebraciones que tienen lugar en estos tres pueblos de la comarca Sierra de Montánchez y Tamuja. Es indudable que estas fiestas de ofertorios tienen un origen común que no podemos precisar.  Además, en cada uno, debido a circunstancias diversas, han ido evolucionando de manera diferente, aunque con una permeabilización continua entre ellos. Cada pueblo tiene sus elementos característicos y su organización peculiar, pero en todos se ve un sustrato común y una incorporación de componentes y formas que han ido y vuelto de unos a otros. Por eso nuestro lema: "Una fiesta, tres lugares". Esto no impide que nos fijemos también en otros pueblos que celebran fiestas similares: la procesión de los tableros de Montánchez en el día de San Blas, los de San Sebastián en Torrequemada o los de San Blas en Torreorgaz.

En los últimos años he visitado en varias ocasiones los tres pueblos citados en primer lugar. Las visitas han servido para documentar gráficamente las tres fiestas con una amplia galería de fotos y vídeos y para obtener información a través de entrevistas con hombres y mujeres de las tres localidades. En octubre de 2017 publiqué una amplia reseña de la resucitada Fiesta de los Tableros en Valdefuentes (7 de octubre) y de la muestra que realizaron en el Paseo de Cánovas el 14 del mismo mes. Un año después, octubre de 2018, tuvimos que volver sobre el tema (Una foto, un cartel y algo más. Reinvindicando la autoría de la foto.) por un contencioso sobre el cartel de ese año, en el que se había utilizado una foto del reportaje del blog sin nuestro conocimiento ni autorización.

En la presente entrega pretendemos hacer un apunte de la celebración de los Tableros y danza del "Chicurrichi" en Torre de Santa María. Es en este pueblo, como también en Albalá, donde la fiesta se ha mantenido en el tiempo sin interrupciones apenas y donde se conservan quizás los aspectos más sencillos y tradicionales de la celebración y de la danza. De ellos hay constancia escrita: García Plata de Osma sobre las tablas de Albalá (1904), Valeriano Gutiérrez Macías sobre los tableros de San Mateo (1968) y Pilar Barrios sobre los tres pueblos (2008). Este último con una buena galería de fotos y partituras de las danzas. También se puede consultar un buen archivo documental, sobre todo imágenes del siglo XX publicadas en el foro VerPueblos por algunas torregueñas protagonistas de los tableros en aquellos años.  En 2012 Valdefuentes recuperó la tradición de la fiesta tal y como se celebraba en el pueblo y con formas muy parecidas al modelo de Torre de Santa María. En Albalá es diferente.

Galería de Tableros de 2018, expuestos en la Casa de Cultura de Torre de Santa María, antes de iniciarse el desfile hacia la plaza de la iglesia.
Grupo de mujeres y jóvenes tableras confeccionando con gran maestría los elementos de los tableros de 2018. Casa de Cultura. 12 de septiembre de 2018.

Tableros de San Mateo. Datos y circunstancias

Hay dos hechos en los años alrededor de 1960, recordados por los torregueños de la época, que de alguna manera están relacionados con la fiesta que comentamos. Uno, la visita pastoral del obispo Llopis Ivorra en 1958 y otro, la "cátedra ambulante" de la Sección Femenina con una duración de tres meses en 1964 o 1965.

La visita del obispo (1958), además de los contenidos pastorales, confirmaciones, etc, generó una movilización de todos los niños y niñas que hicieron una representación especial de los tableros como homenaje al prelado. Son muy significativas algunas imágenes de la visita. Y como dice una de las mujeres con las que hablamos: "Cuando venía el obispo eso era una cosa muy grande. Todo el mundo a esperarle".
Imágenes publicadas en el foro Ver Pueblos. La mayoría de ellas subidas por la torregueña Panchi (Esperanza Blanco Poblador), a la que debemos también algunos comentarios sobre las mismas muy significativos. De izquierda a derecha, el doctor Llopis Ivorra, en una foto semioficial con maestros y autoridades. Otras dos en las que aparecen niños con el obispo o en grupo (en esta, todos vestidos como danzadores). En la cuarta, pareja muy joven de tablera y danzador. La niña, con 10 años, es Esperanza Blanco y fue tablera por primera y única vez en ese año. Su danzador, más joven aún, es Antonio Valhondo. Detrás, la familia de Esperanza. La imagen está fechada en el foro en el año de la visita (1958). 

Esta intervención de los niños y niñas se debió, como afirman nuestras informantes, a que el cura párroco, don Francisco Chamorro "quiso mostrarle al obispo nuestro Chicurrichi". Suponemos que este hecho fue un factor positivo para que esta generación mantuviera siempre el interés por esta fiesta.

El segundo hecho fue la cátedra ambulante de la Sección Femenina que se desarrolló durante tres meses de finales de 1964 o principios de 1965. No existen archivos de eventos de este tipo y tenemos que limitarnos a los datos que nos aportan y a la documentación gráfica. Nos dicen que durante la misma recibieron clases de bordado, cocina, gimnasia y manualidades, además del aprendizaje de bailes regionales. Se formó también un grupo de Coros y Danzas.

A la izquierda, grupo de Coros y Danzas el día de la clausura de la cátedra ambulante de la Sección Femenina. En el centro, grupo de jóvenes con la vestimenta tradicional de la danza del "Chicurrichi", con la particularidad de que cuatro de ellos se cubren además con una capa. En el grupo aparece también Domingo Pérez Redondo, que lleva el pandero como director de danza en aquellos años.  A la derecha, Esperanza Blanco, con el que actualmente es su marido. Las tres fotos parecen estar fechadas en febrero de 1965.
 
En la dilatada trayectoria histórica de los Tableros de San Mateo hay que destacar la figura de tío Agustín Palomino Solano, director de la danza durante bastantes años a mediados del siglo XX. Su hijo, Carlos Palomino, nos informaba en 2018 que su padre era "el más titular" de la danza de los Tableros. Era un hombre del campo y, según él, fue director de los Coros y Danzas del pueblo. 
"Mi padre estuvo en Cáceres bailando con la Sección Femenina y la directora de la SF se llamaba doña Angelita... Fue la que le dio el título, allí en Cáceres, de director de Coros y danzas. [...] Por mediación de ella iban a ir a Argentina, pero por la revolución que tuvo Domingo Perón... se quedaron en Madrid. La función y todo el programa de que llevaban a Argentina se hizo en el Santiago Bernabeu" (No recuerda el año).
Para la gente con la que hemos hablado Agustín Palomino es quizás la persona más importante de estas danzas, verdadero mantenedor y revitalizador de las mismas. Y así una mujer nos decía: "Agustín era un comico para los tableros. Daba unos saltos. Hacía unos bailes. Tenía mucho salero..."

A la izquierda, grupo de ocho tableras (entre ellas, dos madrinas), ocho danzadores, tío Agustín Palomino  con el pandero como director de la danza y otro, no identificado, que tocaría el pito de seis agujeros para interpretar la melodía del "Chicurrichi". En el centro del grupo, el cura párroco  don Pedro Rubio. La foto aparece fechada en 1960 en el libro de Pilar Barrios. Obsérvese a las tableras y madrinas con la rodilla sobre la cabeza. Los danzadores, en cambio, aparecen sin el pañuelo anudado en la frente.  En el centro, la tablera Andrea Puerto, delante de su tablero con banderines y acompañada por un danzador y por tío Agustín Palomino con el pandero (sin fechar). A la derecha grupo compuesto por Victoriano Suero, llamado "el Mudo" y  Paco Muñoz Fernández como danzadores;  Catalina Perez Cebrian como tablera y tío Agustin Palomino con el pandero para dirigir la danza (sin fechar).

En 1968, pocos años después de la cátedra ambulante de la Sección Femenina, Valeriano Gutiérrez Macías publica un libro titulado "Por la Geografía Cacereña". En él se recogen múltiples fiestas de toda la provincia y, entre ellas, "Torre de Santa María: La danza de los tableros" (cap. XXXVII, pág. 279) y "Albalá del Caudillo:  Las Tablas" (cap. XLV, pág. 335. Es muy interesante la lectura de ambos artículos por la precisa y concreta información que aporta de la fiesta en esos años de la segunda mitad de los 60. A la "Danza de los tableros" de Torre de Santa María la califica como "danza de amor y guerra que tiene reminiscencias árabes" o también habla del "monótono son de la danza de los tableros, melodía primaria de sabor berberisco". No entraremos ahora en interpretaciones del sentido de la fiesta. Nuestro objetivo en este artículo es recoger algunas circunstancias históricas, como las señaladas hasta ahora, y aportar en una segunda entrega nuestra visión de la misma en la actualidad a través de lo vivido en los dos últimos años. Además creemos que este tipo de frases, muchas veces sin fundamento, genera luego una corriente de opinión que confunde el sentido real de la celebración.

Jaime Fragoso Expósito, tocando la flauta en 2018. En 2019 fue el director de la danza con el pandero. Las diez tableras de ese año, muy jóvenes, permanecen quietas junto a sus tableros, mientras los "danzaores" evolucionan a su alrededor y entre ellas. Siguen el ritmo del pandero de Francisco Márquez Arenas y de la flauta que interpreta la melodía del "Chicurrichi".
Francisco Márquez Arenas con el pandero y Jaime Fragoso con la flauta dirigiendo la danza en 2018.
 
En la actualidad la celebración es, en lo esencial, bastante parecida a la narrada por don Valeriano. Pero hay elementos que han cambiado. Él cuenta cómo el sacerdote publicaba en la iglesia el día de San Juan (solsticio de verano) los nombres de las dos madrinas principales. Luego ellas elegían a sus tableras. Como nos explicaba una mujer el año pasado, la fórmula podría ser así: "¿Quieres ser tablera? Voy a ser madrina". Luego cada una designaba a su "danzaor", normalmente un pariente próximo. A partir de ahí había que gestionar la petición de productos y dinero por las eras y entre los vecinos del pueblo para la elaboración del pan, de los dulces y de los adornos que formarían parte de los tableros. Después los ensayos, la preparación de la vestimenta, la organización de los tableros, etc. Hace una descripción muy exhaustiva de todos los componentes y del proceso de preparación. Refiere también que la "dirección desde hace años" corre a cargo de Agustín Palomino. Veamos las dos ilustraciones que acompañan al artículo tomadas del libro.

Foto del día de la clausura de la cátedra ambulante de la Sección Femenina. Muy parecida a la que hemos publicado más arriba. (1965)

Tere Reme Mateos González, vestida de madrina con su tablero, hacia 1965. A la derecha, en la fiesta de 2019 con su nieta.

Otras imágenes de la época


La madrina Valentina Olmos Suero en 1948. Llama la atención su indumentaria. Ese año parece ser que no se llevó el traje tradicional, sino un vestido de fiesta con mantón de Manila. Es una de las fotos más interesantes publicadas sobre los tableros, tanto por la belleza de la madrina como por la gran información que aporta sobre los tableros en la década de los 40. Valentina vive actualmente en Sevilla. En 2018 Canal Extremadura publicó un reportaje sobre la localidad y aparece Valentina con sus dos banderas de 1948. Algunas tableras posteriores las han llevado encantadas en su tablero. La foto fue subida por su nieto Antonio al foro "Ver Pueblos" en 2009.
 
 Estas fotos también proceden del foro citado, pero tres están sin fechar. La primera, con madrina y danzador, es de 1961, la del medio abajo, con una imagen de San Mateo que no se corresponde con la actual, de 1956 y la última es de la subasta de 1960.

En línea con lo que veníamos diciendo, podríamos recurrir a la hora de explicar estas fiestas a interpretaciones míticas, más o menos relacionadas con la cultura romana, pero este no es el momento ni el lugar. Ahora quizás es suficiente con mirarlas como componentes integrados en la celebraciones religiosas dedicadas a distintas advocaciones (San Mateo, la Virgen del Rosario, San Blas, San Sebastián, ...). Sí es interesante observar que son siempre coincidentes con fechas solsticiales y equinociales y relacionadas con los ritmos de las labores del campo, sobre todo de las cosechas. En todas, la necesidad de acción de gracias, de ofrendar los frutos de la tierra y hacerlo sobre un soporte cotidiano (el tablero de pan) adornado de manera artesana y multicolor.

San Mateo y mesa para la subasta. 2018.

Otros aspectos de Torre de Santa María

Este lugar es una pequeña población situada en el llano de la Tierra de Montánchez, con las características propias de lo que ha dado en llamarse la "España vacía", debido, entre otras cosas, a la emigración de los años sesenta. Fiestas como esta de los Tableros de San Mateo constituyen un punto de afirmación de la identidad y de conformación de los sentimientos de pertenencia a un lugar y a una tierra. Todos los torregueños y torregueñas, residentes y emigrantes, tienen en su calendario anual reservado el 21 de septiembre. Una fecha equinocial, de cambio de estación, en la que, en otros tiempos, ya habían acabado las cosechas, y se estaba a pocos de días de llegar a San Miguel, comienzo del año agrícola y de los contratos de las tierras. Faltaba tiempo además para iniciar la sementera en el mes siguiente, por San Pedro de Alcántara. Era, por tanto, una fecha propicia para dar gracias por la cosecha obtenida, ofrendar simbólicamente los productos de la tierra al patrón de la localidad y pedir por una buena cosecha en la siguiente campaña.

Típico rincón de Torre de Santa María con el puente sobre el regato del Arroyo.
En nuestra visita hemos descubierto algunas peculiaridades de este pueblo. Se cuenta que tienen como patrón a San Mateo por el trueque que hicieron con los de Montánchez. Parece ser que a los montanchegos les sobraba una imagen de San Mateo (todo esto a finales del XVIII) y propusieron a los torregueños cambiársela por un cerdo. Y así se hizo. Los de la sierra bajaron con la imagen hasta el llano de la Torre y se volvieron con el animal a su pueblo. Pura leyenda urbana o, mejor dicho, rural. Pero leyenda o no, ha servido para inaugurar una ruta. La ruta del trueque.

También es curiosa la gran encina conocida como "La Nieta". Si los de Zarza de Montánchez tienen "La Terrona", los torregueños, "La Nieta". Un bello ejemplar de quercus que recomendamos visitar. Dejando la carretera de Almoharín en el cruce y cogiendo la de Montánchez, se observa inmediatamente este gran árbol a la izquierda de la carretera. Encina, cerdos, montanera, ...

"La Nieta". Magnífico ejemplar de Quercus, verdadero tótem para los torregueños.
Hay un tercer aspecto que nos ha parecido también muy interesante y que posiblemente sea poco conocido. Valeriano Gutiérrez Macías publicó también en la Revista de Folklore nº 159 (año 1994) un relato sobre la longevidad de los habitantes de este pueblo. Lo transcribimos a continuación, colocando antes la imagen de cómo se publicó en la revista.

Pulsar en la imagen para ampliar.
 RELATO POPULAR: UN “NIÑO” DE OCHENTA ABRILES EN TORRE DE SANTA MARIA
GUTIERREZ MACIAS, Valeriano
Publicado en el año 1994 en la Revista de Folklore número 159.
"De entre los doscientos veinte pueblos que constituyen la Alta Extremadura, queremos destacar ahora el de Torre de Santa María, ubicado en una llanura, rodeada por las sierras de Montánchez, "balcón de Extremadura", Almoharín y Zarza de Montánchez, enlazadas casi en gracioso arco.

Decía un hombre, que tenía la profesión de recovero en su tiempo, que donde él vio los hombres más viejos fue en Torre de Santa María, villa del partido judicial de Cáceres.

Dando una vuelta por el pueblo y todo su ámbito, el recovero vecino de Cáceres, vio a un hombre que frisaba los ochenta años de edad y que se hallaba llorando.

Como, en verdad, le sorprendía el llanto y la aflicción del anciano, le preguntó al momento:

– ¿Por qué llora usted, buen hombre?

Porque me ha pegado mi padre, respondió presto, gimoteando, con tono grave y compungido.

Su padre, que se hallaba a su lado, dijo al visitante, con ademanes severos:

He pegado a mi hijo porque ha ofendido a su abuelo, y a las personas mayores hay que respetarlas.

– ¿Dónde está su abuelo?, inquirió incrédulo el forastero.

En la era, cargando un carro de paja.

Efectivamente, el recovero se fue, presuroso, al egido (sic) del pueblo, en el que se instalaban las eras, donde encontró al abuelo, entregado a sus faenas. En seguida, le dijo:

Abuelo, ¿cuántos años tiene usted?

Yo ya no me acuerdo, respondióle con viveza, y añadió:

Pero, puede preguntarle al señor cura, don Pablo, que me bautizó; aún vive, pero está algo achacoso, el pobre...

El viajero, un tanto asombrado por lo que acababa de oir, fue a visitar al sacerdote, quien no se hallaba en su domicilio. Según le informó la madre de éste, se había ausentado para ir a Trujillo, a comprar una bicicleta para el abuelo de referencia.

Este relato suele contarse con frecuencia por los torregueños –que también cuentan con el gentilicio pintoresco de "cigüeños"– a los forasteros que visitan Torre de Santa María, cuando aluden con asombro a la longevidad que alcanzan sus naturales, viviendo en el medio que los vio nacer. Y lo hacen con genuino orgullo, pues creen que aquellos aires que respiran vivifican los cuerpos y las almas de los lugareños y les insuflan una especial energía para alcanzar tan avanzada edad, manteniendo ágiles el cuerpo y la mente.

Torre de Santa María blasona de ser una población longeva, integrada por hombres y mujeres curtidos por los salutíferos aires locales, cuyo microclima, al parecer, tan buenos efectos produce y ayuda a la prolongación de la vida
"
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Relación de informantes:

Queremos agradecer a todas las personas que nos han facilitado información sobre estas fiestas su amabilidad y disponibilidad para que pudiéramos escribir estas dos entregas sobre los Tableros de San Mateo:
  • Grupo de mujeres que confeccionaron los tableros de 2018 con las que conversamos el 12 de septiembre mientras los hacían con sus hijas, tableras de ese año.
  • Grupo de mujeres asistentes a la conferencia de Pilar Barrios el 22 de septiembre de 2018, por la estupenda tertulia que mantuvimos el atardecer de aquel día.
  • Carlos Palomino, que nos contó muchas anécdotas y nos mostró la foto de su padre.
  • Tere Reme e Isabel Dómine por sus aportaciones.
  • Antonio Valhondo y Manuela Gómez, con los que conversamos al final de la fiesta de 2019 y nos dieron muchos datos.
  • Diego Valhondo y Esther Sánchez por los cuadernillos e información que nos han facilitado desde el ayuntamiento.
  • Ainhoa Gómez, joven tablera de 2019, pero que también lo fue en 1998, 2002, 2005 y 2011.
  • Jaime Fragoso y Amador Pérez por la información facilitada sobre la fiesta de 2019.
  • Pilar Barrios, por tantos comentarios sobre sus publicaciones y sobre las danzas.
  • Juan José Flores, con el que hemos conversado sobre la vida en el pueblo en aquellos años.
  • Y muy especialmente, Esperanza Blanco Poblador, que tantas imágenes, datos e identificaciones de personas incorpora al foro Ver Pueblos. Desde Barcelona nos ha atendido como mucha amabilidad y entusiamo a través de mensajes y del teléfono.
Para ampliar la información: 

Barrios Manzano, Mª Pilar: Danza y Ritual en Extremadura. Edición CIOFF España, CR, 2009.
García Plata de Osma, Rafael: "Las Tablas. La Nochebuena en Albalá" en el tomo IV (1904) de la Revista de Extremadura (pág. 628-632).
Gutiérrez Macías, Valeriano: Torre de Santa María. "La danza de los tableros". En Por la Geografía Cacereña. Fiestas Populares.  (cap. XXXVII, pág. 279). Madrid, 1968.
Gutiérrez Macías, Valeriano: Relato popular. Un "niño" de ochenta abriles en Torre de Santa María. En Revista de Folklore, nº 159, 1994.
Rodríguez Plasencia, José Luis: De tableros, cistas y calderas. Revista de Folklore número 389. Año 2014.
Foro "Ver Pueblos".
Folletos-programas de la Fiestas de San Mateo. Varios años. Ayuntamiento de Torre de Santa María.

Nota: las fotos antiguas que publicamos como collages o composiciones proceden todas del foro Ver Pueblos. Por ese motivo son de pequeño tamaño y de baja calidad.

Con el maestro de la danza Francisco Márquez Arenas en 2018. Foto: Mª Ángeles Jareño

©José Vidal Lucía
Fotos: Foro Ver Pueblos (las antiguas), 
Mª Ángeles Jareño y José Vidal Lucía (las actuales)

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